
Lo que las grandes tecnológicas obtuvieron del espectacular proyecto de ley de Trump.
Perdió la moratoria sobre la inteligencia artificial, pero logró importantes victorias.
El reciente law firmado por el presidente Donald Trump el Día de la Independencia no incluyó todas las demandas del sector tecnológico, pero las principales empresas del área se beneficiarán de varias disposiciones de la legislación conocida como One Big Beautiful Bill Act. Esta ley, respaldada por los republicanos, es famosa por sus recortes fiscales en propinas, restricciones en la cobertura sanitaria para personas de bajos ingresos y discapacitados, recortes a incentivos de energía renovable y miles de millones de dólares destinados a la aplicación de inmigración. Sin embargo, también reintroduce deducciones fiscales para investigación y desarrollo, entre otros aspectos que favorecerán tanto a la industria tecnológica como a otros sectores.
Uno de los puntos más destacados del debate fue la incapacidad de la industria tecnológica para obtener una moratoria en las leyes estatales sobre inteligencia artificial, una propuesta apoyada por varios grupos comerciales que podría haber influido en diversas protecciones tecnológicas a nivel estatal. A pesar de meses de cabildeo, el sector verá reducciones fiscales y posiblemente nuevos contratos gracias a la financiación destinada a la seguridad fronteriza, según un informe reciente.
El nuevo presupuesto modifica una política de la primera administración de Trump, que limitaba las deducciones fiscales para investigación y desarrollo (I+D). La Ley de Recortes de Impuestos y Empleos de 2017 obligaba a las empresas a amortizar los gastos de I+D domésticos a lo largo de cinco años, en vez de deducirlos en su totalidad el año en que se incurrieron. Ahora, el Congreso ha restaurado la configuración anterior que permite deducciones más generosas, lo que también posibilitará que las pequeñas empresas tengan deducciones retroactivas.
Un informe señala que los cambios en la deducción de I+D se han relacionado con la ola de despidos en la industria, pues impidieron que las empresas dedujeran el total de sus costos de I+D en el año en que fueron incurridos. El Instituto de Política Fiscal y Económica determinó que las principales empresas tecnológicas vieron incrementar sus facturas de impuestos en aproximadamente $75 mil millones debido a estos cambios.
Las organizaciones apoyadas por el sector tecnológico han impulsado la reversión de esta regla argumentando que la pérdida de la deducción total desincentivaba las inversiones en investigación y desarrollo. A la par, los grupos empresariales lograron que se mantuviera un cambio de la ley anterior: la reducción del impuesto corporativo del 35% al 21%, en un intento por mejorar la competitividad de las empresas estadounidenses en comparación con sus pares internacionales.
El nuevo marco legal también evita un incremento planificado en las tasas efectivas de impuestos sobre las ganancias generadas en el extranjero, lo que representa una victoria para la industria que argumenta que estas tasas más bajas son esenciales para seguir siendo competitivas en el ámbito global. Sin embargo, algunos críticos ven en esta medida un favorecimiento desproporcionado a las grandes corporaciones.
Además, el nuevo presupuesto incluye un aumento significativo en el financiamiento para la seguridad fronteriza y tecnologías relacionadas, con alrededor de $6 mil millones dirigidos a sistemas de vigilancia, lo que podría beneficiar a empresas tecnológicas que ya están involucradas en este sector. Compañías como Palantir, que tiene contrato con ICE, y Anduril, se beneficiarán si se amplían las infraestructuras de vigilancia existentes.
Por último, las modificaciones en cómo se calculan las deducciones por intereses empresariales, así como la extensión de la deducción total de ciertos gastos en equipo, también impactarán a las empresas. Estas medidas no solo benefician a las grandes corporaciones, sino que algunos cambios también podrían ser favorables para empresas más pequeñas en diversos sectores. Así, tras meses de interacción con la administración Trump sin muchos beneficios, los principales actores de la industria tecnológica parecen haber logrado victorias significativas.