Google pierde en el caso sobre monopolio en tecnología publicitaria.

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha logrado una victoria en su caso antimonopolio contra Google, al acusar a la empresa de operar como un monopolio en la industria de la tecnología publicitaria. Este fallo representa la más reciente derrota antimonopolio para Google, después del caso relacionado con su motor de búsqueda. El tribunal concluyó que las prácticas anticompetitivas de la empresa en dos mercados clave "dañaron sustancialmente" tanto a editores como a usuarios en la web.

La jueza del Distrito de EE. UU., Leonie Brinkema, señala: “Los demandantes han demostrado que Google ha participado deliberadamente en una serie de actos anticompetitivos para adquirir y mantener poder de monopolio en el servidor publicitario para editores y en los mercados de intercambio de anuncios para la publicidad en la red abierta”. Además, la jueza indicó que, durante más de una década, Google ha vinculado su servidor publicitario para editores y su intercambio publicitario a través de políticas contractuales e integración tecnológica, lo que le permitió establecer y proteger su poder de monopolio en estos dos sectores.

Brinkema encontró a Google "responsable bajo las Secciones 1 y 2 de la Ley Sherman" debido a sus prácticas en el ámbito de las herramientas y los intercambios de tecnología publicitaria, aunque desestimó el planteamiento de que Google operara un monopolio en las redes publicitarias. Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta de asuntos regulatorios de Google, afirmó en un comunicado que "ganamos la mitad de este caso y apelaremos la otra mitad". Según ella, el tribunal determinó que sus herramientas para anunciantes y adquisiciones como DoubleClick no perjudican la competencia, lo que la compañía considera un desacuerdo con la decisión respecto a sus herramientas para editores. Mulholland mencionó que los editores tienen múltiples opciones y eligen Google porque sus herramientas publicitarias son simples, asequibles y efectivas.

De manera similar a la resolución del juez Amit Mehta en el caso de búsqueda de Google, la jueza Brinkema advirtió a la empresa por su falta de conservación de comunicaciones internas, haciendo referencia a una aplicación de mensajería interna que "eliminó registros de chats entre empleados". A pesar de lo que considera un hecho que podría merecer sanciones, el tribunal no vio necesario sancionar a la compañía en este caso, ya que fue capaz de tomar su decisión basándose en testimonios y pruebas admitidas.

Durante tres semanas, el Departamento de Justicia argumentó que Google monopolizó ilegalmente tres mercados diferentes en el ámbito de la tecnología publicitaria: herramientas publicitarias para editores, redes publicitarias para anunciantes y los intercambios de anuncios que facilitan las transacciones. También alegaron que Google vinculó ilegalmente su servidor publicitario para editores y el intercambio publicitario, violando así la legislación antimonopolio. Según el gobierno, esto llevó a que Google obtuviera beneficios monopolistas a expensas de editores y anunciantes, quienes enfrentan una experiencia deficiente sin alternativas viables.

Por su parte, Google defendió que la visión del gobierno sobre el mercado era artificial y desconectada de la realidad. Aseguraron que sus herramientas benefician tanto a editores como a anunciantes, y que la existencia de herramientas en diferentes partes del mercado facilita su funcionamiento en beneficio de los consumidores. La compañía argumentó que tiene razones empresariales legítimas para su comportamiento y que el gobierno simplemente intenta dictar cómo pueden hacer negocios.

El fallo llega justo cuando Google y el Departamento de Justicia se preparan para reunirse nuevamente en otro tribunal federal en Washington DC para la fase de remedios del juicio sobre su motor de búsqueda. En este caso, el DOJ, bajo la administración de Biden, propuso desmembrar Google separando su navegador Chrome y obligándolo a sindicar sus resultados de búsqueda.