Eliza McNitt, directora de Ancestra, defiende la inteligencia artificial como herramienta creativa en el podcast de Engadget.
Conversamos con la artista de realidad virtual Eliza McNitt, quien utilizó la inteligencia artificial de Google para narrar una historia muy personal.
Eliza McNitt es una creadora destacada en el ámbito de los nuevos medios. Su proyecto de 2017, Fistful of Stars, ofreció una perspectiva cautivadora sobre el nacimiento estelar en realidad virtual, mientras que su trabajo posterior, Spheres, se adentró en la exploración de los agujeros negros y la muerte de las estrellas. En su más reciente cortometraje Ancestra, McNitt ha aprovechado las herramientas de inteligencia artificial de Google para narrar una historia profundamente personal. Colaborando con Google DeepMind y el estudio Primordial Soup de Darren Aronofsky, McNitt fusionó imágenes de acción en vivo con medios generados por IA para relatar el trauma de su propio nacimiento.
El cortometraje presenta un contraste inquietante entre la emoción auténtica de la actuación en vivo y la artificialidad de las imágenes generadas por IA. La narración comienza en el contexto de una cita de cuidado prenatal que se transforma en un parto de emergencia, donde la protagonista, Audrey Corsa (quien interpreta a la madre de McNitt), reflexiona sobre la conexión entre su hijo y todas las formas de vida en el universo, evocando la poesía típica de los filmes de Terrence Malick. La película alterna entre la actuación de Corsa, material generado por IA y fotografía a macro y micro escala. Al final, Corsa sostiene a un bebé insertado por la IA de Google, que fue creado basándose en fotos de McNitt cuando era infante.
El cortometraje no solo se aprecia como una obra de arte, sino también como un intento de dar legitimidad al uso de herramientas de IA a través de la voz de McNitt. Sin embargo, persiste la controversia sobre los modelos de Google, que han sido entrenados con contenido existente y obras protegidas por derechos de autor. McNitt expresó en una entrevista que fue desafiada a idear una propuesta que incorporara la IA, aspirando a contar una historia personal de una manera única. La IA le permitió explorar mundos inaccesibles para una cámara, desde el cosmos hasta la experiencia del feto en el vientre materno.
Al reflexionar sobre el uso de herramientas de IA, que actualmente son cuestionadas por su potencial plagiarista, McNitt afirmó que esa es una decisión que cada artista debe tomar. Para Ancestra, buscó usar la IA para realizar tareas complejas, como la creación de un bebé virtual que se asemejara a ella misma, con la convicción de que resultaría más ético que utilizar un recién nacido real. Afirmó que la autenticidad de la actuación humana es insustituible y que es esencial que los humanos estén en el centro de las historias que se cuentan.
En este proyecto, McNitt colaboró con numerosos artistas para crear el sonido, las imágenes y el contenido generado por IA en Ancestra. Aunque existe preocupación de que las herramientas de video por IA permitan a cualquiera crear proyectos con poco esfuerzo, McNitt aclaró que trabajó en estrecha colaboración con ingenieros de DeepMind que diseñaron los prompts y seleccionaron lo mejor del material generado.
Asimismo, subrayó la responsabilidad de las empresas de no utilizar materiales protegidos por derechos de autor y de respetar a los artistas, asegurando que estas consideraciones son vitales para el futuro de la creación artística. McNitt concluyó enfatizando que, al contar historias humanas, es crucial que los humanos permanezcan en el centro de estas narrativas.