
La transición de Hollywood hacia videos generados por IA enfrenta problemas de inducción.
Este estudio busca demostrar que Hollywood puede adoptar la inteligencia artificial de manera ética.
Navegar por Internet se ha vuelto casi imposible sin encontrarse con videos generados por inteligencia artificial. Al abrir cualquier plataforma de redes sociales, es común que aparezca un clip poco convencional de un desastre natural falso o de animales realizando hazañas inverosímiles. Muchos de estos videos son de calidad deficiente, pero a menudo están acompañados de miles de "me gusta" y comentarios de personas que creen que este tipo de contenido es una nueva forma de arte que revolucionará el mundo.
Esto es especialmente evidente en los videos generados por IA que buscan parecer realistas. Independientemente de lo extraña o estéticamente inconsistente que sea la imagen, siempre habrá alguien comento que este contenido debería preocupar a la industria del entretenimiento. La noción de que los videos generados por IA son el futuro del cine y una amenaza existencial para Hollywood ha ganado un gran apoyo, sobre todo entre los defensores de esta tecnología. Sin embargo, la idea de que los grandes estudios adopten esta tecnología tal cual resulta cuestionable, dados los problemas que presentan a menudo los modelos de IA, cuyos resultados generalmente no se pueden transformar en una película o serie de calidad.
El cineasta Bryn Mooser busca cambiar esta percepción a través de Asteria, un nuevo estudio de producción que lanzó el año pasado, así como su próxima película generada por IA, que cuenta con la participación de Natasha Lyonne, su socia y asesora en Late Night Labs, un estudio enfocado en la IA generativa. Asteria se diferencia de otras iniciativas al presentar un modelo generativo considerado "ético", ya que solo se ha entrenado con materiales debidamente licenciados. Este enfoque adquiere relevancia tras las demandas de Disney y Universal contra Midjourney por infracción de derechos de autor, lo que pone de manifiesto la importancia de la ética en la adopción de IA en el ámbito del entretenimiento.
Mooser ha expresado que es fundamental tener una comprensión clara de lo que es y lo que no es la IA generativa para establecer la distinción de Asteria frente a otros involucrados en este campo. En sus palabras, había problemas evidentes en la manera en que se presentaba la IA a Hollywood, con herramientas diseñadas por quienes no tenían experiencia en la realización de películas. Para Mooser, muchas personas asumen que el contenido generado puede replicar de forma efectiva la realidad, tal como se ha visto en la música generada por IA, pero esta concepción es errónea.
Asteria utiliza un modelo generativo llamado Marey que permite crear modelos específicos para proyectos, entrenados con material visual original. Esto permite, por ejemplo, a un artista construir un modelo que genere diferentes activos en su estilo característico. En la producción de "A Love Letter to LA", un corto animado del músico Cuco, Asteria entrenó su modelo con ilustraciones originales para crear nuevos activos visuales y transformar estos en modelos 3D utilizados en el entorno del video.
Además, Mooser ha indicado que los cineastas podrían retener una parte de la propiedad de los modelos generados, dependiendo de los acuerdos financieros, lo que podría transformar la estructura de financiamiento y la propiedad en la industria. Con planes para poner a prueba estas ideas en el próximo film "Uncanny Valley", que será coescrito y dirigido por Lyonne, se presentará una narrativa centrada en una adolescente con una percepción distorsionada de la realidad, donde se emplearán elementos visuales creados con los modelos de Asteria.
Aunque algunos temen que la IA pueda desplazar empleos en la industria cinematográfica, Mooser cree que hay oportunidades para que los profesionales se adapten y encuentren nuevas carreras en el ámbito de la IA generativa. Subraya que es esencial para la industria reconocer tanto las ventajas como los peligros de esta tecnología.
Sin embargo, la preocupación principal es que, si los estudios adoptan flujos de trabajo que reduzcan el número de trabajadores necesarios, podría no haber espacio para que la fuerza laboral actual se reubique en nuevas posiciones dentro del sector. Lo que queda por demostrar es si Asteria, y la tecnología que emana de ella, pueden crear un futuro en el que esta nueva forma de producción realmente beneficie a la industria y a sus trabajadores.