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El año 2025 marcará el inicio de los trabajadores de fábricas humanoides.

Después de haber estado limitados a los laboratorios, los humanoides parecen estar finalmente listos para integrarse en el sector de fabricación. Solo quedan algunos obstáculos por superar antes de su llegada al mercado.

Boston Dynamics tiene planes de implementar su robot humanoide Atlas, completamente eléctrico, en una fábrica de Hyundai a finales de este año. Esta nueva versión del robot, que evolucionó del modelo hidráulico que ha sido protagoniza de varios videos virales desde 2013, hizo su debut público la primavera pasada. Aunque otros robots de la compañía, como Spot y Stretch, ya están operando en entornos industriales, esta será la primera ocasión en que Atlas se utilizará en la fabricación comercial.

La empresa, que fue adquirida por Hyundai por 1.1 mil millones de dólares en 2021, no ha revelado muchos detalles sobre el uso específico del robot. Sin embargo, se espera que Atlas sea más fuerte y confiable que un trabajador humano. Según Kerri Neelon, portavoz de Boston Dynamics, “el robot podrá realizar tareas que son complicadas para los humanos, como levantar objetos muy pesados y transportar cargas incómodas”.

El horizonte de 2025 parece prometedor para los robots humanoides versátiles, que hasta ahora se habían limitado principalmente a laboratorios de investigación. Algunos ya han comenzado a hacer sus primeros pasos en el mundo laboral: por ejemplo, Digit de Agility Robotics está moviendo objetos en almacenes y Figure ha comenzado a enviar su robot bípedo a clientes comerciales.

Grandes compañías de tecnología, como Apple y Meta, también están invirtiendo en esta tendencia, trabajando en robots humanoides dirigidos al consumidor. Un informe de Goldman Sachs de 2024 estima que el mercado de robots humanoides alcanzará los 38 mil millones de dólares para 2035, superando en más de seis veces las proyecciones del año anterior.

La principal ventaja de los robots humanoides es su capacidad para adaptarse a múltiples tareas, al igual que los seres humanos. Este enfoque difiere significativamente de la automatización tradicional en las líneas de producción, que se centra en crear un entorno específico para tareas concretas. Jonathan Hurst, cofundador y director de robótica en Agility Robotics, anticipa que sus robots acompañarán este proceso de automatización, en lugar de reemplazarlo.

Hurst afirma que "una solución de automatización hecha a medida siempre tendrá un rendimiento más alto y un costo menor para ese propósito". Sin embargo, para tareas que no requieren funcionar las 24 horas del día, un robot flexible podría resultar más eficiente.

Boston Dynamics también maneja otro enfoque. La compañía ha diseñado Atlas teniendo en cuenta que las fábricas ya son entornos seguros para la automatización y ha creado un robot capaz de operar en diversas situaciones. Neelon afirma: "Vivimos en un mundo centrado en los humanos, por lo que debemos construir un robot que refleje eso".

A pesar de los avances, existen desafíos para llevar los robots humanoides al mercado. La anticipación en torno a Optimus de Tesla ha sido alta, pero una demostración reciente reveló que los robots estaban controlados por humanos, lo que suscita dudas sobre su autonomía. Elon Musk había afirmado que la compañía planeaba fabricar "varios miles" de robots en 2025, pero las restricciones en las exportaciones de metales raros por parte de China podrían afectar la producción.

Un obstáculo significativo para hacer que los robots humanoides sean realmente útiles es el tiempo requerido para enseñarles nuevas habilidades. Sin embargo, expertos creen que los avances en modelos de lenguaje como los desarrollados por grandes empresas tecnológicas podrían ayudar. De hecho, en marzo, Google DeepMind presentó un nuevo modelo de IA llamado Gemini Robotics, diseñado para facilitar la adaptación de robots a nuevas situaciones.

Cuando los robots sean capaces de aprender habilidades de manera rápida, podrán alternar entre tareas con la misma eficiencia que los humanos. Hurst menciona que podríamos ver robots realizando múltiples labores en un supermercado: desde despaletar hasta limpiar, reabastecer estantes y revisar inventarios.

El progreso en el procesamiento del lenguaje natural podría permitir que los robots reciban instrucciones por voz, haciendo que la programación de nuevas tareas sea tan sencilla como una solicitud verbal de un supervisor. No obstante, las preocupaciones sobre la seguridad de operativos de gran tamaño trabajando junto a humanos siguen siendo relevantes, y habrá una serie de situaciones desafiantes que manejar. Chris Atkeson, profesor en el Robotics Institute de Carnegie Mellon University, señala que el principal reto radica en la fiabilidad. Un ejemplo que utiliza es el de un robot encargado de reabastecer estantes: podría funcionar perfectamente por meses y luego presentar fallas inesperadas, lo que podría resultar en problemas costosos.

Aún así, el avance acelerado en los modelos de IA ofrece motivos para la esperanza. Atkeson expresa que, si se le hubiera preguntado hace cinco años, habría considerado improbable que esto sucediera. Sin embargo, con los modelos de lenguaje grandes, se ha registrado un progreso significativo en lo que él llama "sentido común". Quizás, sostiene, estamos cerca de alcanzar este objetivo.