
La soberanía de los datos se está convirtiendo en un desafío mayor que nunca.
La soberanía de datos se está convirtiendo en un riesgo importante para numerosas empresas.
Un nuevo estudio ha indicado que la soberanía de los datos ha evolucionado más allá de ser un asunto meramente técnico, convirtiéndose en un riesgo crítico tanto para las empresas como en el ámbito geopolítico. La investigación realizada por Pure Storage revela que todos los líderes empresariales están reconsiderando la ubicación de sus datos debido a estos riesgos de soberanía. Además, un 92% de ellos considera que los cambios geopolíticos aumentan la exposición a estos riesgos.
Casi el 78% de los encuestados ha comenzado a incluir la soberanía en sus estrategias, lo cual abarca modelos multicloud, centros de datos soberanos y cláusulas de gobernanza. Este nuevo enfoque se atribuye, en parte, a la carrera por la inteligencia artificial, ya que muchos países están desarrollando nubes soberanas para asegurar la protección de los datos. Las modificaciones regulatorias y las tensiones geopolíticas continuas han llevado a las empresas a replantearse sus estrategias.
El informe destaca que una planificación inadecuada en términos de soberanía puede generar daños a la reputación, siendo la pérdida de confianza del cliente la consecuencia más grave de la inacción. También se menciona la posibilidad de sufrir pérdidas económicas, multas regulatorias y daños irreparables en la confianza de los interesados.
Para abordar estos desafíos, se recomienda a las empresas que consideren estrategias híbridas que permitan mantener las cargas de trabajo críticas en entornos soberanos, mientras que el resto de las funciones se gestionen en la nube pública. Esta combinación busca un equilibrio entre el rendimiento y la asequibilidad. Según Alex McMullan, CTO de Pure Storage International, "una estrategia equilibrada optimiza la reducción de riesgos mientras mantiene la velocidad de innovación y la resiliencia organizacional".
El informe sugiere que es esencial llevar a cabo una evaluación de riesgos más profunda y estar proactivos ante la evolución regulatoria, lo cual ayudará a las empresas a obtener ventajas competitivas en el futuro.