
Adquirí un ratón de $180 para jugar un solo videojuego en PC, y lo haría de nuevo sin dudar.
Invertí bastante dinero en un buen ratón para gaming, pero solo aprovecho sus características al máximo en un único juego.
La experiencia de jugar no se limita solo a tener un potente PC de juegos, también involucra la elección de los periféricos adecuados. Años de experiencia en el mundo del gaming me enseñaron esta lección, y fue a partir de mis decisiones financieras que comprendí su importancia. En un momento, decidí adquirir un mouse gaming de alto rendimiento, el Razer Naga V2 Pro, desembolsando $180, una inversión que, aunque solo la utilicé para un juego, no me arrepiento en absoluto.
He sido constructor de PCs durante casi dos décadas y, en la mayoría de los casos, mi presupuesto se ha visto superado. Esto resultó en que los periféricos se convirtieran en un aspecto secundario, ya que toda mi atención y recursos estaban dedicados a componentes como tarjetas gráficas o procesadores. Durante años, no presté atención a la calidad de ratones y teclados, basándome en lo que me ofrecían productos más baratos. Sin embargo, el tiempo me llevó a reconsiderar esta postura y decidí invertir en periféricos que realmente marquen la diferencia. Tras probar varios ratones y descartar varios, finalmente encontré mi favorito: el Razer Naga V2 Pro.
Al recibir el mouse, confieso que estuve a punto de devolverlo debido a la intimidación que provocaban sus 12 botones laterales. Mi decisión fue probarlo con el juego World of Warcraft Classic. A medida que el juego evolucionaba, la necesidad de atajos adicionales para optimizar mi jugabilidad se hacía evidente. La posibilidad de asignar diferentes funciones a los botones extra del Naga facilitó considerablemente la experiencia, ahorrándome el uso de modificadores adicionales.
El proceso inicial de personalización del mouse fue laborioso, ya que requería reconfigurar todas mis combinaciones de teclas, adaptándolas a las diferentes clases que manejo en el juego. A pesar de ello, me esforcé por simplificar este proceso y logré encontrar un esquema que funcionara para mí, aunque no fue una tarea fácil.
Después de un año utilizando el Razer Naga V2 Pro, no puedo imaginar volver a jugar sin él. Ha transformado mi forma de jugar WoW y renunciar a sus funcionalidades sería un verdadero desafío. Sin embargo, debo reconocer que para otros juegos, la configuración requerida para aprovechar al máximo el mouse podría resultar tediosa. La mayor parte de mis sesiones de juego se realizan con un controlador de Xbox, dejando el Naga principalmente para WoW.
En conclusión, aunque he invertido $180 en un mouse específicamente para un solo juego, mi satisfacción es total. Si bien otros pueden aprovechar más estas características en diferentes títulos, para mí, el Razer Naga V2 Pro ha sido una gran adición a mi equipo.