
Google invierte en una batería de CO2.
La empresa está implementando una nueva estrategia para fomentar el desarrollo de tecnologías que permitan almacenar energía renovable por períodos más prolongados que las baterías de ion de litio. Este avance podría ser clave para que Google satisfaga la creciente demanda energética de sus centros de datos y contribuya a la reducción de sus emisiones de combustibles fósiles. Para ello, Google se ha asociado con Energy Dome, una compañía que utiliza dióxido de carbono para almacenar energía renovable en forma de presión y calor.
Google ha decidido invertir en una innovadora batería de CO2, como parte de su estrategia para impulsar el desarrollo de tecnologías que permitan almacenar energía renovable durante períodos más prolongados en comparación con las baterías de iones de litio. Este avance podría ayudar a la empresa a gestionar el creciente consumo energético de sus centros de datos y, al mismo tiempo, contribuir a la disminución de las emisiones de combustibles fósiles.
La compañía ha establecido una asociación con Energy Dome, una empresa que utiliza dióxido de carbono para almacenar energía renovable en forma de presión y calor. Esta colaboración se centra en explorar soluciones de almacenamiento de energía a largo plazo, lo que podría representar una revolución en la manera en que se gestiona la energía renovable.