
De la novedad a la normalidad: el impacto de la IA en el empleo para 2025.
La inteligencia artificial ha pasado de ser un concepto especializado a convertirse en una norma en el ámbito laboral.
Han transcurrido dos años desde que OpenAI impactó al mundo con el lanzamiento de ChatGPT. Desde ese momento, las empresas han estado en una carrera por monetizar la inteligencia artificial y su integración fluida en las operaciones cotidianas. En 2025, estas ambiciones se están concretando, ofreciendo una visión más clara de cómo es el entorno empresarial impulsado por la inteligencia artificial.
En 2025, la inteligencia artificial ya no es un experimento; las compañías han evolucionado más allá de las pruebas y están implementando AI a gran escala. Los chatbots con inteligencia artificial son ahora capaces de recomendar productos y realizar transacciones de manera autónoma, mientras que las herramientas de prevención de fraudes impulsadas por AI ayudan a detectar y prevenir estafas. Así, la inteligencia artificial no solo está emergiendo, ya forma parte integral del trabajo diario.
Según un estudio, cinco fuerzas están moldeando el uso de AI en el ámbito laboral para 2025: una mayor inteligencia y razonamiento, AI agente que permite la autonomía de robots trabajadores, multimodalidad que combina texto, audio y video, y una mayor transparencia a través de mejor razonamiento y explicaciones claras de sus procesos.
Los trabajadores están utilizando la inteligencia artificial para potenciar su creatividad. Un informe indica que el 70% de los empleados están dispuestos a delegar tareas a AI para liberar tiempo y fomentar la innovación, aunque un 28% expresa preocupaciones sobre cómo esta tecnología podría amenazar sus empleos. La AI, entonces, se presenta tanto como una bendición como una maldición: si bien alivia tareas monótonas, también suscita inquietudes sobre la seguridad laboral.
Un aspecto positivo es el mejor razonamiento que brinda a las empresas más confianza en los modelos de AI. Recordando los inicios de esta tecnología, muchos rememoran su tendencia hacia sesgos y la capacidad de presentar falsedades con seguridad. Para abordar esto, los modelos de lenguaje están integrando cada vez más explicaciones de su razonamiento o citando fuentes, como es el caso del modelo DeepSeek de China, que sorprendió con su documento sobre la importancia del razonamiento.
La aparición de herramientas impulsadas por AI en los Sistemas de Gestión de Contenidos de Empresa (ECM) ha evolucionado la gestión documental, haciéndola más inteligente e intuitiva. Las personas se han habituado a la AI en su vida diaria, desde Google Maps hasta Alexa, y esperan que la automatización sea igualmente efectiva en su entorno laboral. Estos sistemas no solo organizan y protegen los datos empresariales, sino que también optimizan procesos tediosos como la incorporación de empleados y la gestión de contratos. Al automatizar la burocracia rutinaria, se libera a los empleados para centrarse en tareas más creativas y de mayor valor.
Sin embargo, la situación no es completamente positiva. Aunque la AI ha impulsado a las empresas, también ha facilitado la proliferación de actividades cibernéticas maliciosas, ya que los atacantes utilizan herramientas de AI para automatizar ataques, desarrollar sofisticadas técnicas de phishing y emplear deepfakes para engañar a los empleados. Como respuesta, en 2025, las organizaciones están reforzando la seguridad de sus datos e invirtiendo en gobernanza de la información.
Ante este panorama, las empresas están revisando sus prácticas de gestión de registros y ECM. Al enfrentarse a métodos cada vez más sofisticados de explotación de datos, las organizaciones buscan limitar su superficie de ataque asegurando datos y documentos, y estableciendo controles de acceso adecuados y auditorías. Los ECM permiten centralizar documentos digitales sensibles, garantizando un control de versiones y seguridad mejorada.
La integridad de datos es otro impulsor hacia los ECM. La AI solo es efectiva si se alimenta de datos confiables, y un 67% de las organizaciones admite no confiar plenamente en sus propios datos para la toma de decisiones. Un adecuado indexado de datos no solo mejora el rendimiento actual de la AI, sino que también sienta las bases para futuras escalas.
El AI en 2025 se asemeja al trabajo híbrido: equilibrando la automatización con la supervisión humana, las empresas y los trabajadores pueden aprovechar la eficiencia y disminuir las tareas monótonas. No obstante, hay riesgos presentes. Aunque la AI permite que los empleados se liberen de tareas rutinarias y se concentren en un trabajo más estratégico, algunas funciones ahora requieren mayor refinamiento y revisión de los resultados de AI, generando preocupaciones sobre la erosión de las habilidades de pensamiento crítico. Además, muchas empresas que han apostado fuertemente por la AI aún no están viendo los beneficios esperados, dado que apenas estamos saliendo de la fase piloto. No obstante, casi el 90% de los líderes empresariales anticipan que la AI impulsará el crecimiento de ingresos en los próximos tres años.
Las empresas que automatizan sus procesos de negocio mediante herramientas como los ECM —que facilitan la implementación rápida de soluciones automatizadas— tienen más tiempo para entrenar a su personal. Un informe señala que el 62% de las organizaciones ya utilizan AI para personalizar el contenido de aprendizaje para sus empleados, resultando en una experiencia de formación más efectiva y agradable, manteniendo agudas sus habilidades de pensamiento crítico para futuras transformaciones digitales.
A pesar del gran potencial que resalta el informe mencionado, las empresas deben ser ágiles para capitalizarlo. La tecnología avanza rápidamente, y las mejores oportunidades pueden surgir en diversas áreas: talento, nuevos modelos de negocio o productos competitivos. Además, las organizaciones deben invertir en empleados que puedan impulsar esta transición. Curiosamente, los Millennials, la generación más grande en el mercado laboral, son grandes defensores de la AI, y a medida que ocupan más roles líderes, se convierten en supervisores naturales de la adopción de la tecnología. Sin importar la generación, las empresas que prioricen la capacitación de sus empleados y les proporcionen las habilidades necesarias para manejar la AI obtendrán una ventaja competitiva.