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El Dr. ChatGPT está listo para atenderte.

Pacientes y médicos están recurriendo a la inteligencia artificial para obtener diagnósticos y recomendaciones de tratamiento, con frecuencia logrando resultados sobresalientes. Sin embargo, surgen complicaciones cuando hay discrepancias entre los expertos y los algoritmos.

Un usuario en Reddit compartió su experiencia tras lidiar con un doloroso clic en la mandíbula, resultado de una lesión de boxeo, durante cinco años. Después de consultar con varios especialistas y realizarse resonancias magnéticas, no encontró una solución hasta que decidió describir su problema a ChatGPT. El chatbot de inteligencia artificial sugirió que un problema específico de alineación de la mandíbula podría ser la causa y propuso una técnica que implicaba la colocación de la lengua como tratamiento. Al probarlo, el clic desapareció. "Después de cinco años conviviendo con esto", comentó en Reddit en abril, "esta IA me dio la solución en un minuto."

La historia se volvió viral, siendo compartida por Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, en X. No se trata de un caso aislado; numerosas historias similares están surgiendo en las redes sociales, donde pacientes afirman haber obtenido evaluaciones precisas de sus escaneos de resonancia magnética o radiografías gracias a los modelos de lenguaje.

Courtney Hofmann vivió una experiencia radicalmente similar con su hijo, quien padece una rara condición neurológica. Después de 17 visitas al médico y sin un diagnóstico claro durante tres años, decidió entregarle a ChatGPT todos los documentos médicos, escaneos y notas. El chatbot le proporcionó un diagnóstico: síndrome de cuerda tensa, una condición que los médicos no habían detectado. “Se operó seis semanas después de usar ChatGPT, y ahora es un niño nuevo”, afirmó en un podcast del New England Journal of Medicine en noviembre de 2024.

Las herramientas de IA orientadas al consumidor están transformando la forma en que las personas buscan consejos médicos, tanto sobre síntomas como sobre diagnósticos. La era de “Dr. Google” está cediendo terreno a la era de “Dr. ChatGPT”. Escuelas de medicina, médicos, grupos de pacientes y creadores de chatbots están trabajando rápidamente para entender la precisión de las respuestas médicas que generan los LLM, cómo deberían utilizarlas pacientes y doctores, y cómo manejar a aquellos que puedan recibir información incorrecta.

Adam Rodman, instructor en la Facultad de Medicina de Harvard, expresa su confianza en que estas herramientas mejorarán la atención médica. “Se pueden imaginar muchas formas en las que las personas podrían comunicarse con los LLM conectados a sus propios registros médicos.” Durante su ronda de hospital, Rodman ha observado cómo los pacientes recurren a los chatbots. En un turno reciente, una mujer, frustrada por el tiempo de espera, tomó una captura de pantalla de sus registros médicos y la introdujo en un chatbot, recibiendo la respuesta correcta sobre su condición, un trastorno sanguíneo.

Aunque Rodman no se sintió incomodado por este intercambio, el hecho de que estas herramientas puedan ofrecer información útil tiene un potencial importante. Sin embargo, se destaca que la precisión de las respuestas puede verse comprometida al poner estos recursos en manos de pacientes o médicos inexpertos. Los usuarios pueden cometer errores, como no proporcionar todos los síntomas a la IA o no prestar atención a información relevante al recibirla de vuelta.

Varios estudios demuestran que la IA puede ofrecer consejo médico y diagnósticos acertados en ciertas situaciones, aunque la exactitud tiende a disminuir cuando estas herramientas se utilizan sin la supervisión adecuada. Por ejemplo, en un estudio se mostró que los médicos que utilizaron asistencia de IA y aquellos que no obtuvieron resultados similares en razonamiento diagnóstico. Sin embargo, cuando la IA fue probada sola, su capacidad para diagnosticar fue significativamente superior.

Rodman también participó en un estudio que reveló que los médicos tienden a ser escépticos sobre las sugerencias de la IA, confiando más en su propio juicio. Además, las interacciones con la IA dependen en gran medida de la calidad de la información que se introduzca, lo que puede influir en las recomendaciones que se obtengan.

Aunque la IA puede ofrecer respuestas con confianza, es importante reconocer que estas respuestas no siempre están acompañadas del conocimiento y la experiencia que poseen los médicos. Por esta razón, diversas empresas están desarrollando herramientas que aborden estas preocupaciones. OpenAI, por ejemplo, anunció el lanzamiento de HealthBench, un sistema para evaluar la capacidad de la IA en responder preguntas de salud, creado con la ayuda de más de 260 médicos.

El futuro de la atención médica parece estar en la integración de estas herramientas, lo que plantea la necesidad de que los nuevos médicos aprendan a utilizarlas y a guiar a los pacientes en su uso. Esta evolución recuerda cuando los pacientes comenzaron a buscar información médica en Internet. Bernard S. Chang, decano de educación médica en Harvard, siente que el uso de inteligencia artificial en la medicina es una evolución inevitable. “¿Qué tipo de doctor está practicando en la vanguardia de la medicina y no utiliza esta poderosa herramienta?” pregunta.