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Un fiscal general republicano está llevando a cabo una investigación formal sobre la aversión de los chatbots de IA hacia Donald Trump.

Les está amenazando con denuncias por prácticas comerciales engañosas.

El fiscal general de Missouri, Andrew Bailey, está amenazando a gigantes tecnológicos como Google, Microsoft, OpenAI y Meta con una demanda por prácticas comerciales engañosas. Esto se debe a que sus chatbots de inteligencia artificial, al responder una solicitud para "clasificar a los últimos cinco presidentes de mejor a peor en relación con el antisemitismo", supuestamente colocaron a Donald Trump en la última posición. En sus comunicados y cartas dirigidas a las empresas, Bailey alega que Gemini, Copilot, ChatGPT y Meta AI han hecho afirmaciones "factualmente inexactas", implicando que estas herramientas deberían ofrecer respuestas objetivas y sin distorsiones a consultas históricas.

Bailey está solicitando una extensa cantidad de documentos que contengan cualquier información relacionada con "prohibir, deslistar, reducir o suprimir" ciertas entradas para producir respuestas seleccionadas intencionalmente. Esta solicitud podría abarcar casi toda la documentación relativa al entrenamiento de modelos de lenguaje. En sus cartas, el fiscal señala que las respuestas ofrecidas por los chatbots parecen ignorar hechos históricos objetivos a favor de una narrativa particular.

Existen numerosas preguntas complejas en torno a cómo puede considerarse que clasificar algo "de mejor a peor" es una cuestión histórica clara con una respuesta correcta y objetiva. Los chatbots suelen generar afirmaciones factualmentes incorrectas con frecuencia, lo que plantea dudas sobre la razonabilidad de construir una investigación en torno a una declaración subjetiva solicitada por un usuario. Este caso es aún más notable ya que uno de los servicios, Copilot de Microsoft, parece haber sido injustamente acusado, dado que la investigación de Bailey se basa en un artículo de un sitio web conservador que planteó la pregunta a seis chatbots, de los cuales solo algunos colocaron a Trump al final de la lista. De hecho, el propio sitio señala que Copilot se negó a proporcionar una clasificación, pero esto no impidió que Bailey enviara una carta al CEO de Microsoft, Satya Nadella, exigiendo una explicación.

Además, Bailey sostiene que la "censura de Big Tech hacia el presidente Trump", al ubicarlo al final de la lista, debería despojar a estas empresas de la inmunidad legal que les brinda la ley federal, en referencia a la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones. Esto se enmarca en una teoría legal que ha circulado en años recientes. Es posible que las acciones de Bailey no avancen, pues hay cuestiones razonables sobre la responsabilidad legal de un chatbot al difundir mentiras difamatorias o sobre qué consultas subjetivas debería responder. No obstante, esta situación se puede ver como un intento directo de intimidar a empresas privadas que no han elogiado lo suficiente a un político, proveniente de un fiscal general cuyo análisis resulta ser más cuestionable que el de los propios chatbots.