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Con su aplicación Smash, Kesha puede ser quien desee, incluso una CEO tecnológico.

Kesha está desarrollando una aplicación llamada Smash, diseñada para que los músicos puedan conectarse, colaborar en la creación de música y establecer contratos claros y favorables para los artistas entre los colaboradores.

Kesha, conocida por su famoso tema "Blah Blah Blah", ha dado un giro sorprendente en su carrera al convertirse en fundadora de una startup. Aunque su camino hacia la dirección empresarial puede parecer insólito, no es de extrañar si se considera su habilidad de abrazar contradicciones. Desde que irrumpió en la escena pop en 2010, Kesha ha desafiado las expectativas, presentándose como una artista con una imagen extravagante pero con un trasfondo académico impresionante; su fama creció junto a comentarios sobre su notable desempeño en el SAT, que incluso la llevó a rechazar una beca completa en Barnard College para dedicarse a la música.

Detrás del brillo de su carrera como pop star, Kesha ha enfrentado experiencias difíciles. Tras haber sido víctima de contratos abusivos en la industria musical, ahora lanza una aplicación llamada Smash. Esta plataforma está diseñada para conectar a músicos, facilitar la creación colaborativa y establecer contratos justos para todos los implicados. La app se destaca por un sistema interno que genera contratos personalizados según lo que los artistas decidan, ya sea fijando tarifas por licencias o estableciendo porcentajes de regalías, y se autofinanciaría mediante una pequeña tarifa por los pagos realizados a través de la aplicación.

El cofundador de Smash, Lagan Sebert, hermano de Kesha, ha mencionado que el objetivo de la aplicación es proporcionar a los creadores de música acceso a una comunidad profesional sin que tengan que comprometer su futuro. La trayectoria de la cantante se oscureció en 2014 cuando demandó a su productor Dr. Luke por abusos de todo tipo, lo que desencadenó una batalla legal que reveló el lado oscuro de la industria musical. A pesar de su deseo de romper su contrato con Dr. Luke, el tribunal falló en su contra, obligándola a lanzar tres álbumes más.

Recientemente, Kesha lanzó un álbum por primera vez sin la participación de Dr. Luke, reafirmando su independencia artística y su deseo de ayudar a otros a no caer en acuerdos perjudiciales. Disfrutar de la plena autonomía creativa la ha motivado a crear un espacio como Smash, donde los músicos puedan sentirse respaldados e informados acerca de sus derechos.

Para hacer realidad su visión de la app, Kesha y Lagan buscaban talento técnico y se conectaron con Lars Rasmussen, cofundador de Google Maps, quien presentó a Alan Cannistraro, exingeniero de Apple y actual CTO de Smash. Cannistraro, con un profundo interés en la música, se unió al equipo con la misión de apoyar a los artistas.

En un festival en Grecia, Kesha presentó Smash como una plataforma comunitaria que conecta a creadores, donde pueden colaborar y mantener los derechos sobre sus obras. Además, para poner a prueba algunas herramientas, la app organizó un concurso invitando a artistas a remasterizar su canción "Boy Crazy", con recompensas típicas de la industria para los ganadores.

Kesha, a los 37 años, por fin ha recuperado los derechos sobre su voz y arte, subrayando que los contratos depredadores son comunes en el sector.