
Se agota el tiempo para Teams: La finalización del soporte para Teams Classic exige una acción inmediata en las empresas.
La decisión de Microsoft de finalizar el soporte para Teams Classic el 1 de julio va más allá de ser una simple fecha de actualización programada.
Diversas empresas, incluidas algunas de las mayores bancos del Reino Unido, importantes minoristas y departamentos gubernamentales, se enfrentan todavía a las consecuencias de trabajar con software heredado. Los problemas de compatibilidad y los riesgos de seguridad asociados a plataformas obsoletas son bastante comunes. Esta tendencia habitual lleva a que los proyectos de migración sean frecuentemente postergados hasta el último momento, lo que incrementa el riesgo de interrupciones costosas y vulnerabilidades de seguridad que podrían evitarse.
La resolución de Microsoft de finalizar el soporte para Microsoft Teams Classic el 1 de julio no es solo una fecha de actualización rutinaria; se trata de un punto crucial para los equipos de IT empresarial. Para muchas organizaciones, esta es una fecha límite firme con serias implicaciones operacionales y de seguridad.
Los arreglos temporales presentan sus propios desafíos. Los impactos de estos retrasos ya son visibles. Muchas empresas están pagando por Actualizaciones de Seguridad Extendidas (ESUs) para ganar tiempo extra, mientras que otras están acelerando los ciclos de renovación de hardware, reemplazando laptops y ordenadores de escritorio antes de lo planeado solo para mantenerse actualizadas. Sin embargo, estos soluciones provisionales tienen sus propios inconvenientes. Implementaciones apresuradas suelen resultar en frustración para los usuarios, dificultades operativas y contratiempos técnicos, complicando lo que debería ser una actualización sencilla.
Las preocupaciones de seguridad son especialmente graves. Recientes brechas de seguridad en importantes minoristas del Reino Unido como Marks & Spencer y Co-op estuvieron directamente relacionadas con debilidades en sistemas heredados. Estos incidentes resaltan una dura realidad: operar con software no soportado es un riesgo que puede tener consecuencias serias tanto para la seguridad como para la reputación.
La complicación del soporte de Windows 10 exacerbó el desafío. Aunque Microsoft ofrecerá ESUs pagadas para Windows 10, estas solo proporcionan un parche temporal en lugar de una solución a largo plazo. Las organizaciones que dependen del soporte extendido corren el riesgo de desarrollar una falsa sensación de seguridad. Sin una actualización completa de la plataforma, las vulnerabilidades se acumulan, la documentación se vuelve obsoleta y la pérdida de personal familiarizado con sistemas heredados complica y encarece las futuras migraciones.
Los equipos de IT que enfrentan el doble desafío de migrar tanto Teams como Windows 10 en un plazo de meses se encuentran en una situación estresante. Los presupuestos son ajustados, los recursos limitados y el tiempo para completar una transición adecuada y conforme se está agotando rápidamente. A menudo, el retraso en la migración se debe a prioridades competidoras, presupuestos restringidos y la falta de una comprensión clara de cómo interactúan los sistemas heredados con los procesos de negocio actuales. Los entornos heredados suelen estar mal documentados y, con el tiempo, el conocimiento institucional se pierde mientras el personal experimentado se marcha, lo que hace que los proyectos de migración sean un proceso largo y costoso, no solo en términos de actualizaciones de software, sino también en entender su impacto en la seguridad y el cumplimiento normativo.
Postergar estas migraciones también acarrea costos ocultos. Cada mes que pasa aumenta el riesgo de brechas de seguridad, fallas operativas y sanciones regulatorias. Retrasar las actualizaciones se convierte en una apuesta cada vez más arriesgada.
Abordar con éxito este desafío exige acción urgente y planificación cuidadosa. Una lección clara de migraciones pasadas es que programar implementaciones de manera reflexiva y tener alternativas de recuperación robustas son cruciales para minimizar las interrupciones. El viejo adagio “planifica para el éxito pero prepárate para el fracaso” es especialmente pertinente aquí. Colaborar estrechamente con los usuarios durante todo el proceso ayuda a gestionar expectativas y a detectar problemas con antelación.
Otra prioridad es capturar el conocimiento institucional antes de que el personal crítico se mueva. Documentar configuraciones heredadas, flujos de trabajo y acuerdos con proveedores es fundamental para mantener la continuidad y permitir una solución efectiva de problemas durante la migración. Probar la compatibilidad a fondo en entornos controlados es igualmente crucial para identificar posibles problemas antes de que afecten a los usuarios. Planificar implementaciones por fases con procedimientos claros de retroceso ayuda a gestionar el riesgo y mantener las interrupciones al mínimo.
Simultáneamente, no se debe pasar por alto la comunicación clara y la capacitación de usuarios. Involucrar a los usuarios finales desde el principio reduce la resistencia y confusión, ayudando a los equipos a adaptarse sin contratiempos a la nueva plataforma.
La finalización del soporte para Teams Classic debería servir como una clara advertencia de que las soluciones de última hora y la dependencia del soporte extendido no son sostenibles. En una era donde la transformación digital y las amenazas cibernéticas están en aumento, las organizaciones deben tomar el control de sus ciclos tecnológicos. Una planificación temprana y exhaustiva, combinada con la colaboración entre equipos, es la única manera de asegurar una migración oportuna, manteniendo la seguridad y la estabilidad operativa.
Aquellas organizaciones que actúen ahora no solo cumplirán con plazos críticos, sino que también reducirán riesgos y construirán resiliencia para el futuro. Para quienes continúan retrasando, los riesgos de interrupciones costosas, brechas y fallos en el cumplimiento solo crecerán. Con el tiempo corriendo en contra debido al final del soporte de Teams Classic y Windows 10, la ruta a seguir requiere acciones decididas y bien coordinadas para salvaguardar la seguridad y preparar a las organizaciones para los desafíos venideros.