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Los efectos de la IA en la humanidad y el medio ambiente son alarmantemente inciertos, advierte un organismo gubernamental.

La Oficina de Responsabilidad Gubernamental, que actúa de manera independiente, afirma que es necesario realizar una cantidad considerable de investigaciones adicionales sobre la inteligencia artificial.

Un informe reciente de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO), una entidad no partidista, subraya la necesidad de realizar investigaciones más exhaustivas sobre el impacto de la inteligencia artificial generativa, especialmente en sus efectos sobre el medio ambiente y la sociedad. A pesar de las significativas inversiones en esta tecnología, las implicaciones aún no están bien documentadas.

El estudio, parte de una serie de evaluaciones sobre tecnología de IA realizadas por la GAO, destaca varios riesgos asociados con el desarrollo y uso indiscriminado de la IA generativa. Según el informe, esta tecnología podría provocar el desplazamiento de trabajadores, contribuir a la difusión de información errónea y aumentar los riesgos de seguridad nacional. Además, se mencionan preocupaciones sobre la privacidad de los datos y la ciberseguridad, así como el uso de sistemas con sesgo y la falta de rendición de cuentas que podrían tener efectos no deseados en la sociedad y la cultura.

Otro aspecto crucial señalado es el consumo energético asociado con el entrenamiento y uso de la IA, así como los efectos medioambientales que han recibido menos atención comparativa a los riesgos de su entrenamiento, complicados por la falta de datos técnicos relevantes divulgados por los desarrolladores de estas tecnologías. Esta carencia de información está obstaculizando la investigación ambiental, lo que a su vez limita la evaluación de los casos de uso de la IA generativa, incluso aquellos destinados a generar un impacto positivo.

Además, las acciones políticas actuales podrían no ser suficientes para abordar de manera efectiva el impacto humano de la IA generativa a lo largo de las generaciones. Durante la administración de Trump, se ha promovido el uso de la IA en el gobierno federal, estableciendo nuevas memorandos para acelerar la adopción de un sistema de IA "de alto impacto" desarrollado en Estados Unidos. Recientemente, Trump firmó una orden ejecutiva para crear un Grupo de Trabajo sobre Educación en Inteligencia Artificial, buscando facilitar su adopción en entornos educativos.

Sin embargo, esta postura de apoyo a la inteligencia artificial se da en un marco donde se han desestimado compromisos previos de supervisión de la IA establecidos por la administración de Biden, y se ha optado por no firmar acuerdos internacionales sobre la regulación de esta tecnología, como el reciente pacto de la cumbre de París sobre IA inclusiva. En un contexto más amplio, las políticas de Trump han seguido una dirección contraria a la ciencia del clima, lo que ha llevado a la retirada de acuerdos internacionales y recortes en financiación para la investigación en diversas agencias gubernamentales.