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La infraestructura de centros de datos es la “fundación olvidada” de la ambiciosa agenda de inteligencia artificial del Gobierno.

La importancia de los centros de datos en las metas de inteligencia artificial del gobierno.

Este año, la revisión del gasto ha puesto de manifiesto un problema crucial que a menudo se ignora en medio del entusiasmo por la inteligencia artificial (IA). A pesar de que se destinan enormes presupuestos al desarrollo de la IA, incluido el reciente compromiso del Gobierno británico de invertir 2 mil millones de libras en fondos públicos, la falta de inversión en la capacidad de centros de datos, disponibilidad de energía y sostenibilidad podría poner en peligro las ambiciones del país en IA e I+D.

La demanda de IA está creciendo rápidamente, pero la infraestructura necesaria para soportarla no está a la par. Las aspiraciones del Reino Unido en el ámbito de la IA dependen del poder de cálculo, que se encuentra en los centros de datos. Estos elementos son la base física de la innovación digital, pero a menudo se consideran como un aspecto secundario. Aunque se discuten los avances en IA, rara vez se menciona la potencia, el sistema de refrigeración y el espacio necesarios para sostener tales innovaciones. Aunque este aspecto no es el más atractivo de los debates globales sobre IA, sigue siendo fundamental.

En el peor de los casos –y nos dirigimos rápidamente hacia esa realidad– esta falta de infraestructura podría convertirse en una vulnerabilidad nacional. La innovación avanza en la industria, pero adaptar lo existente resulta más complicado que construir desde cero. Se requiere la implementación de marcos políticos que respalden ambos aspectos.

Las aspiraciones digitales del Reino Unido se enfrentan a limitaciones físicas, especialmente en la red eléctrica nacional. Sin actualizaciones urgentes, se alcanzará un límite en la capacidad de escalado. Estas restricciones en la red son un obstáculo importante, especialmente en Londres y el Sureste, donde ya se experimentan apagones por la falta de infraestructura adecuada. Algunos proveedores advierten que un mayor acceso a la energía en estas áreas de alta demanda no estará disponible hasta 2035 o después.

Además, los retrasos en la planificación y la incertidumbre sobre la disponibilidad energética están ralentizando el desarrollo de nuevos centros de datos. El Reino Unido también carece de una estrategia nacional coordinada para esta infraestructura digital, en contraste con algunos de sus competidores globales. Si no se toman medidas, el Reino Unido podría convertirse en un importador neto de poder de cálculo, delegando tanto la innovación como el control a países más desarrollados.

Las desigualdades económicas y regionales también pueden acentuarse si persisten las brechas en la infraestructura. Sin mayores inversiones en centros de datos fuera de Londres y el Sureste, las regiones menos favorecidas podrían quedarse atrás. Esto también afectará negativamente la posición geopolítica del Reino Unido debido a la falta de innovación y capacidades en IA.

Afortunadamente, se está reconociendo cada vez más la necesidad de construir una infraestructura más ecológica y escalable. Los operadores y desarrolladores de centros de datos están considerando con frecuencia fuentes de energía renovable, la reutilización de calor residual y la construcción modular. Sin embargo, muchos de estos esfuerzos aún están limitados por decisiones tomadas en el pasado, especialmente en relación con las ubicaciones históricamente elegidas para estos centros.

A medida que se produce un cambio hacia construcciones modulares y eficientes energéticamente, surgen desafíos al intentar actualizar sitios existentes, sobre todo para cargas de trabajo de IA que requieren capacidades superiores a 500 MW. A pesar de que la colaboración entre gobiernos, proveedores de energía e infraestructura está mejorando, sigue siendo fragmentada. La planificación energética y la infraestructura digital a menudo funcionan de manera aislada, a pesar de su interdependencia.

El enfoque debe ser integral, tratando la energía y la infraestructura digital como una sola entidad. Aunque la transparencia está mejorando, se necesita más trabajo. Se requieren estándares de informes consistentes y un mayor intercambio de información en todas las fases, desde la manufactura hasta la construcción y la operación. Esto permitirá evaluaciones de carbono más precisas y mayor responsabilidad.

La creciente demanda de un cálculo de alto rendimiento, impulsada por tecnologías como la IA generativa, exige una infraestructura robusta. Si no se invierte urgentemente, se corre el riesgo de depender de infraestructuras extranjeras para cargas de trabajo de IA críticas. Además, existe una desconexión cada vez mayor entre las ambiciones en IA del Reino Unido y sus objetivos de sostenibilidad. Sin una orientación clara sobre cómo se integra la infraestructura de IA en el presupuesto de carbono del Reino Unido, se corre el riesgo de menoscabar los compromisos presentes y futuros.

Se necesita con urgencia un marco nacional de sostenibilidad digital, que incluya una planificación acelerada para centros de datos sostenibles en regiones desatendidas, además de incentivos para actualizaciones de la red y la integración de energías renovables. Los estándares nacionales para la eficiencia energética y los informes de impacto ambiental deben volverse obligatorios. Este tipo de marco aseguraría que la nueva infraestructura se construya no solo para el escalado, sino también para la sostenibilidad.

Un ecosistema de centros de datos preparado para el futuro y capaz de soportar IA será modular, estará distribuido regionalmente y funcionará con energía limpia. También estará integrado con las comunidades locales, compartiendo calor excedente, generando empleos cualificados y ampliando el acceso digital. Gobernado por estándares claros y transparentes, priorizará tanto la innovación como la responsabilidad ambiental. Para lograr esta visión se necesitan cambios inmediatos, incluyendo plazos más rápidos para la conexión a la red, marcos de planificación más claros para centros de datos modulares y modulares, así como incentivos para construcciones sostenibles. Es necesario tratar a los centros de datos como la infraestructura nacional crítica que son.