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El 'Gran y Hermoso Proyecto' de Trump perjudica a los vehículos eléctricos en EE. UU., aunque pudo haber sido peor.

La eliminación de los créditos fiscales no representa una buena noticia para la industria de vehículos eléctricos en EE. UU., pero tampoco es un golpe definitivo como podría haber sido.

El proyecto de ley denominado "Big Beautiful Bill" ha logrado avanzar en el Senado justo a tiempo para las celebraciones de este fin de semana. Este proyecto, que se presentaba de forma festiva, elimina una amplia variedad de medidas de protección ambiental, poniendo en grave peligro los incentivos federales para vehículos eléctricos (EV).

Aunque el cronograma exacto no está claro, la actual rebaja de $7,500 para vehículos eléctricos podría desaparecer no en 2032, como se había establecido inicialmente, sino a finales de septiembre. Este cambio abrupto marcaría el fin de una serie de incentivos que tienen sus raíces en la administración de George W. Bush.

La eliminación de este incentivo no solo afecta a los vehículos nuevos, como el Kia EV9 o el Volkswagen ID. Buzz, sino que también retira el crédito federal de $4,000 para EVs usados y podría eliminar las ayudas para vehículos comerciales, que han dado lugar a nuevas generaciones de furgonetas eléctricas de marcas como Rivian y Arrival. Estas iniciativas inicialmente estaban destinadas a reducir el impacto ambiental de un sector del transporte que representa el 29% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en Estados Unidos.

Si bien los efectos de esta reducción en los incentivos podrían no ser inmediatos, aquellos interesados en adquirir un EV podrían sentir un impacto económico considerable en un futuro cercano. Sin embargo, el panorama podría haber sido peor.

Versión anterior del proyecto de ley incluía un cargo anual de $250 para propietarios de EV y de $100 para propietarios de híbridos, con intención de financiar el Highway Trust Fund, que se dirige a la infraestructura de transporte. Aunque se supuso que esos tarificaciones buscaban un equilibrio equitativo para los propietarios de vehículos eléctricos, el sistema no era funcional y, de hecho, fue retirado del proyecto final.

A pesar de que las ventas de EV en Estados Unidos no siguen el crecimiento esperado, se ha observado un aumento constante. En el primer trimestre de este año, las ventas de vehículos eléctricos aumentaron un 10%, aunque esto se produce en un contexto de descenso para Tesla. Dado que el costo promedio de un automóvil nuevo es de $48,799, y el de un EV nuevo de $57,734, el crédito fiscal federal de $7,500 representa una diferencia significativa que podría desvanecerse en pocos meses.

Se pueden observar las repercusiones de la eliminación de incentivos en otros mercados. Por ejemplo, en Alemania, tras finalizar su programa de incentivos, las ventas de EV disminuyeron un 16.4% en la primera mitad de 2024, a diferencia de otros lugares en Europa donde continuaron creciendo casi un 10%. No obstante, las inscripciones de EV en Alemania han repuntado más del 40% en los cinco primeros meses del presente año.

En cuanto a los fabricantes que se verán más afectados, las marcas que ofrecen opciones más asequibles, como Hyundai, Kia y Nissan, son las que sentirán con mayor intensidad este cambio. Por otra parte, las marcas premium como Mercedes-Benz y BMW podrán resistirlo un poco mejor. Es interesante notar que ningún fabricante de vehículos figura entre los apoyos para el "Big Beautiful Bill", mientras que sí se encuentran empresas del sector petroquímico.

Adicionalmente, el proyecto de ley elimina el crédito para la instalación de infraestructura de carga, que cubría hasta el 30% del costo de instalación de cargadores de EV, lo cual complica aún más el desarrollo de una red de carga en Estados Unidos.

A pesar de las críticas a los créditos federales, que se decía beneficiaban principalmente a compradores adinerados, el proyecto incluye una deducción fiscal que podría ayudar a los compradores que enfrentan deudas tras adquirir un vehículo. Esta nueva deducción permitiría reclamar hasta $10,000 en intereses de préstamos de auto o moto, siempre y cuando se cumplan ciertos criterios, como que el vehículo sea de uso personal y esté ensamblado en Estados Unidos.

Para aquellos que estaban indecisos sobre la compra de un EV, ahora podría ser un buen momento para hacerlo, dado que el rebate federal podría desaparecer pronto. Por su parte, los fabricantes de EV podrían encontrarse ante un desafío considerable, ya que la industria automotriz no suele responder rápidamente a los cambios propuestos por la administración actual y los intereses que la respaldan.

A futuro, será crucial que los vehículos eléctricos sean competitivos en precio o lo suficientemente atractivos para justificar el costo adicional. Si no logran cumplir con estos parámetros, podrían enfrentar problemas una vez que los incentivos se eliminen.