
Substack está reviviendo su popularidad, pero el tiempo se agota.
A pesar de que destacados periodistas siguen sumándose a Substack, el cansancio por las suscripciones está aumentando.
Un periodista de ABC News, Terry Moran, se convirtió en un tema candente de discusión después de publicar en X que Stephen Miller, jefe de gabinete adjunto de Donald Trump, era "un odiador de clase mundial", añadiendo que el presidente también lo era. Posteriormente, el post fue eliminado, pero sus declaraciones ya habían generado controversia que llevó a su suspensión y eventual despido. Sin embargo, Moran no se quedó de brazos cruzados, y el 11 de junio comenzó a escribir en Substack, un movimiento que promete a los periodistas la libertad editorial y la posibilidad de obtener ingresos similares o superiores a sus salarios anteriores.
El concepto detrás de Substack es atractivo: menos censura y la oportunidad de monetizar el contenido a través de suscripciones directas. A medida que más periodistas se sentían presionados en sus empleos o deseaban dejar atrás las restricciones de las grandes corporaciones, el número de usuarios de Substack ha ido en aumento. Notables figuras del periodismo como Jennifer Rubin y Mehdi Hassan se han unido al movimiento, buscando así una mayor libertad creativa.
No obstante, a pesar de la aparente revolución, el modelo de Substack puede no ser sostenible para la mayoría. Aunque algunas personalidades alcanzan ingresos significativos, muchos escritores se enfrentan a la dura realidad de que sus audiencias son limitadas y costosas de mantener. Además, los lectores deben pagar tarifas que a menudo son comparables o superiores a las de suscripciones a publicaciones consolidadas, lo que lleva a una especie de fatiga de suscripción.
Recientemente, críticos del modelo han puesto en duda la viabilidad de Substack. Algunos reportes sugieren que, aunque la plataforma tiene un ingreso considerable y busca valorizarse en 700 millones de dólares, gran parte de su contenido es mediocre. También se ha mencionado que la afluencia de escritores nombrados no necesariamente se traduce en un crecimiento saludable para el sector. La experimentación con nuevos modelos de negocios digitales enfrenta el desafío de atraer y mantener suscriptores en un panorama donde los lectores ya están sobrecargados de opciones.
A pesar de que algunos, como Casey Newton, han tenido éxito y han encontrado libertad en Substack, otros han optado por plataformas alternativas que ofrecen mejores condiciones. Además, las redes sociales, que antes facilitaban la promoción y crecimiento de estos escritores, han comenzado a perder su eficacia, lo que complica aún más la tarea para los nuevos entrantes.
En este contexto, la posición de Substack parece estar en transición, alejándose de su enfoque inicial en el periodismo hacia una visión más amplia que incluya video y otros formatos. Aunque Moran ha acumulado una base significativa de suscriptores, la pregunta persiste sobre la sostenibilidad del modelo y la capacidad de los nuevos escritores para encontrar un lugar en un mercado tan competitivo. La dinámica de suscripciones y la búsqueda de una voz genuina dentro de un mar de contenido pueden ser obstáculos grandes a superar.