
Intercambié Shudder por Hallmark+ durante una semana.
Estoy tan sorprendido como tú.
La percepción general sobre Hallmark+ no es la mejor, especialmente debido a su reputación por ofrecer películas románticas que a menudo caen en clichés y tramas absurdas. Muchos, como quien escribe, tienden a evitar este tipo de contenido, prefiriendo géneros más oscuros y complejos. Sin embargo, decidí enfrentar mis prejuicios y probar la plataforma, cambiando temporalmente mi suscripción a un servicio de terror para darle una oportunidad a Hallmark+, aprovechando su prueba gratuita de siete días.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando encontré una película que realmente disfruté: "3 Bed, 2 Bath, 1 Ghost". El título puede parecer descabellado, pero capta la atención inmediatamente. La trama gira en torno a una agente inmobiliaria llamada Anna, que se da cuenta de que uno de los hogares que debe vender está habitado por un fantasma de los años 20, llamado Ruby, quien no tiene intención de irse. A pesar del absurdo que puede parecer, la historia se enreda en la relación de las dos protagonistas, quienes descubren un punto en común: ambas dejaron a sus prometidos en el altar. Ruby está determinada a ayudar a Anna a reencontrar el amor, con la esperanza de que así encontrará la paz que le permita seguir adelante.
Para mi sorpresa, esta comedia romántica no solo es entretenida, sino que está bien actuada, lo que la hace más que tolerable. Las interacciones entre Anna y Ruby, interpretadas por Julie Gonzalo y Chris McNally, destacan por la química genuina entre ambas; al parecer, son pareja en la vida real, lo que probablemente contribuye a su buena conexión en pantalla.
Aunque para muchos amantes de Hallmark este filme es una elección ideal, estoy feliz de recomendarlo incluso a aquellos que no suelen disfrutar de este tipo de historias. "3 Bed, 2 Bath, 1 Ghost" ofrece un respiro ligero y divertido, una alternativa refrescante al terror que suelo preferir. Mi experiencia con Hallmark+ resultó ser mucho más placentera de lo que había anticipado, recordándome que a veces vale la pena salir de nuestra zona de confort.