
Atomfall: The Wicked Isle logra aumentar la inquietud en la zona de cuarentena.
Midsummer Isle, la nueva región del primer DLC de Atomfall, es descrita como malvada tanto en su nombre como en su esencia.
La experiencia de juego en Atomfall se caracteriza por tener una atmósfera inquietante que se intensifica con su nuevo DLC, Wicked Isle. Esta expansión presenta Midsummer Isle, una zona que evoca una sensación de desasosiego, impulsada por elementos como la voz misteriosa en el teléfono, los soldados de protocolo que patrullan Wyndham y los túneles sombríos de la Intercambio, entre otros. En el muelle occidental de Wyndham, los jugadores pueden conocer a Bill Anderson, un barquero que ofrece llevarlos a la isla, donde son recibidos por una tormenta constante y las ruinas de una abadía en la cima de una colina.
Aunque Midsummer Isle mantiene la jugabilidad característica de Atomfall, introduce dos nuevos tipos de enemigos. Los bandidos del lago, que son más bien bandidos comunes, y los druidas de la abadía, que guardan similitudes con sus contrapartes del continente. Sin embargo, la atmósfera del lugar, marcada por la lluvia persistente y la falta de personajes amigables, crea la percepción de ser observado, alimentando la tensión durante la exploración.
También regresan los ferales, ahora en una forma acuática que se suma a la tensión del entorno, con la capacidad de sorprender a los jugadores con saltos inesperados. Midsummer Isle también ofrece una narrativa rica a través de dos nuevos hilos argumentales que permiten escapar de la zona de cuarentena. Uno de estos hilos se centra en Bill Anderson y los druidas de la abadía, mientras que el otro involucra a los bandidos del lago y su líder, Jean Hamer, quien sorprendentemente no es hostil en su base.
El hilo relacionado con los druidas es especialmente cautivador, ya que introduce flashbacks de memorias visibles que muestran a monjes de otro tiempo discutiendo planes cuidadosos. Por otro lado, el encargo de Hamer de eliminar a un personaje clave del juego base aporta una nueva dinámica a la jugabilidad.
Ambas narrativas llevan a los jugadores de regreso a regiones previas donde deben completar diversas tareas, aunque las conclusiones de estas tramas suelen dejar un sabor amargo. A pesar de las decisiones que se pueden tomar, no alteran significativamente el resultado final. La expansión, claramente concebida como parte del juego principal, puede resultar frustrante para quienes ya han completado el juego base, ya que obliga a los jugadores a recorrer partes ya conocidas.
En resumen, Wicked Isle se presenta como una adición impresionante pero inquietante, ofreciendo a los nuevos jugadores un contenido intrigante, aunque la repetición de ciertas partes del juego pueda resultar tediosa para los que ya han explorado el original. Si se considera la posibilidad de futuras expansiones, sería preferible que estas continuaran la historia posterior a los eventos del juego base, lo que podría permitir un enfoque más fresco y atractivo en la narrativa.