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Por qué el enfoque centrado en resultados supera las decisiones basadas en productos.

Dar prioridad a los resultados en lugar de centrarse exclusivamente en estrategias tecnológicas es fundamental para alcanzar el éxito.

En 2013, Target decidió expandirse al mercado canadiense con la ambiciosa meta de abrir más de 100 tiendas en un periodo de dos años, respaldada por un sistema de cadena de suministro altamente automatizado. Esta estrategia parecía prometedora, sin embargo, la ejecución se llevó a cabo de manera apresurada. La tecnología destinada a gestionar inventarios y distribución no se probó adecuadamente ni se adaptó al nuevo entorno. Aunque los almacenes estaban llenos de mercancía, las tiendas abrían con estantes vacíos debido a errores sistemáticos en los datos y procesos. La cadena de suministro, impulsada por tecnología, resultó ser demasiado rígida para enfrentar las realidades operativas de un mercado nuevo y una variedad de productos diversa. En menos de dos años, Target Canadá acumuló pérdidas superiores a los $2 mil millones y finalmente cerró todas sus tiendas, dejando una lección sobre la importancia de equilibrar una ejecución liderada por la tecnología con una estrategia sólida y adaptable.

En el ámbito empresarial actual, muchas organizaciones parecen enfocarse en adquirir tecnología de vanguardia sin indagar en los problemas fundamentales de sus operaciones. A menudo se preguntan: ¿primeramente la nube? ¿O la ciberseguridad? Es sencillo dejarse llevar por las características y funciones de las nuevas herramientas de inteligencia artificial o automatización. Sin una comprensión clara de los problemas subyacentes, incluso las herramientas avanzadas pueden volverse ineficaces, resultando en inversiones frustradas, baja aceptación y expectativas incumplidas. Es crucial que los negocios reevaluen sus decisiones de compra, definan sus necesidades y comprendan las ventajas de implementar dichas tecnologías antes de tomar decisiones significativas que podrían resultar costosas.

A pesar de las numerosas innovaciones tecnológicas que se han presentado en los últimos años, la inteligencia artificial ha capturado gran atención. Herramientas generativas como ChatGPT han demostrado ser accesibles y eficientes para tareas específicas en empresas que las integran correctamente. Sin embargo, un estudio realizado en 2024 reveló que solo el 2% de los encuestados en el Reino Unido utiliza herramientas de IA generativa a diario, contrastando con la gran cantidad de negocios que buscan adoptar esta tecnología. Las organizaciones deben reconocer que la tecnología sin un propósito claro representa un costo inútil que suma presión financiera en un contexto económico desafiante.

Otro fenómeno reciente es la adopción de soluciones en la nube, que a menudo se perciben como una forma de reducir costos. Sin embargo, muchas organizaciones se han visto sorprendidas por el aumento de gastos y dificultades en la integración. En lugar de adoptar una mentalidad de "nube primero", es esencial cuestionar si la nube realmente beneficia la estrategia empresarial. Tal vez solo ciertos flujos de trabajo se beneficiarán de mudarse a la nube. Usar tecnología de manera selectiva y disminuir su uso cuando no sea necesario es una parte crucial de la estrategia para mantener la eficiencia de costos y obtener valor real.

¿Cómo pueden las empresas orientar su estrategia hacia los resultados? Frecuentemente, los departamentos aislados y los equipos de TI implementan tecnologías basadas en mandatos tecnológicos, sin contar con la opinión de quienes las utilizarán a diario. Cambiar esta perspectiva es fundamental. Es recomendable involucrar a las partes interesadas en los puntos críticos desde el inicio del proceso, permitiendo que sus aportes den forma a la estrategia y a la identificación de herramientas efectivas para resolver problemas. Existe la falsa creencia de que la transformación de la infraestructura de TI de una organización implica despliegues caros o seguir las últimas tendencias. Un enfoque más selectivo hacia la automatización y la IA puede ayudar a extender el valor de la infraestructura existente para cumplir con los objetivos de la organización.

Es fácil dejarse impresionar por las transformaciones digitales y pensar que lo que falta en una organización es la automatización a través de IA. Sin embargo, el éxito raramente comienza por la herramienta. La experiencia de Target nos enseña que es vital involucrar a los usuarios finales en las etapas de planificación y no dejarse engañar por el entusiasmo. La clave está en abordar primero el problema y luego el producto. Colocar los resultados en el centro de cada estrategia empresarial permite a las organizaciones desbloquear un valor mayor de las herramientas que ya poseen mientras toman decisiones más informadas sobre qué implementar en el futuro. Esto podría implicar optimizar el uso de los servicios en la nube o aplicar la automatización donde realmente se logren eficiencias medibles. Empezar con el obstáculo, y no con la tecnología, asegura un enfoque más eficiente, rentable y sostenible hacia la transformación digital.