
¿Por qué todos aspiran a lograr la inteligencia artificial general?
Kamales Lardi se adentra en el ámbito de la Inteligencia General Artificial (AGI).
Durante una sesión informativa para miembros del consejo de una marca de lujo en el año pasado, se planteó repetidamente una pregunta: ¿cuándo alcanzaremos la singularidad? Estas sesiones están diseñadas para inspirar y educar a los altos ejecutivos sobre las tendencias disruptivas y cómo las tecnologías exponenciales pueden generar oportunidades de negocio y de ingresos. Por lo tanto, no resultó sorprendente que surgieran estas preguntas en un momento en que la cobertura mediática sobre la inteligencia artificial (IA) era intensa. Sin embargo, esta no es la pregunta correcta, especialmente considerando que muchas de las empresas y sus directivos podrían no estar presentes cuando la humanidad enfrente la inteligencia general artificial (AGI), que se refiere a sistemas con capacidades cognitivas similares a las humanas, capaces de generalizar, aprender y adaptarse.
Antes de profundizar en las posibilidades de la AGI, es esencial explorar qué significa realmente la inteligencia en un contexto humano. En mi nuevo libro, Artificial Intelligence For Business, examino a fondo esta temática, que genera debate incluso entre expertos. La comprensión de la inteligencia humana es compleja y se ve influenciada por factores como las experiencias, antecedentes culturales y emociones. La inteligencia no solo implica el procesamiento de información y resolución de problemas, sino también la habilidad de razonar, aprender de la experiencia y entender conceptos abstractos.
En la actualidad, la inteligencia artificial más avanzada, como los modelos de lenguaje y las herramientas de visión por computadora, representan un ejemplo de la IA estrecha. Estos sistemas están diseñados para realizar tareas con alta eficiencia dentro de reglas predefinidas, pero carecen de la comprensión y adaptabilidad que poseen los humanos. Aunque se entrenan en grandes conjuntos de datos para reconocer patrones, no “entienden” de la misma manera que lo hacemos nosotros. Funcionan en base a probabilidades estadísticas, optimizando resultados sin una comprensión real.
La AGI, también conocida como IA fuerte, representa la cúspide de la investigación en inteligencia artificial. Sería capaz de realizar tareas intelectuales como un ser humano, aplicando conocimientos y habilidades en distintos contextos. Esto implica que podría resolver problemas desconocidos sin entrenamiento previo, transferir conocimientos entre diferentes áreas y adaptarse continuamente. La AGI podría escribir una novela, diseñar campañas de marketing o brindar consejos emocionales, todo con la sutileza y adaptabilidad de un humano.
El valor de la AGI puede ser transformador para la humanidad, y por ello, muchos líderes tecnológicos están en constante búsqueda de esta frontera. Promete un desarrollo exponencial en diversas industrias y posibilita retornos de inversión que son extremadamente atractivos. No obstante, los riesgos asociados con estos sistemas también son difíciles de imaginar.
La carrera hacia la AGI está impulsada por una combinación de miedo, incertidumbre, ambición y potencial económico. Se vislumbra como un cambio fundamental que podría aportar soluciones a algunos de los desafíos más urgentes de la humanidad. Además, la organización que controle la AGI tendría la capacidad de redefinir la creación de valor, dominando el mercado global.
Desde una perspectiva psicológica y social, la AGI nos enfrenta a cuestiones fundamentales sobre lo que significa ser humano. ¿Es posible crear máquinas que compitan con nuestra mente? Si los sistemas pueden aprender y pensar como nosotros, ¿cuál sería nuestro papel en este nuevo ecosistema? Este es un desafío complejo, que considero poco realista abordar en el corto plazo.
Para los líderes y directivos que contemplan estos temas, mi recomendación es concentrarse en cómo las soluciones de IA actuales y en desarrollo están impactando las industrias y los negocios, ya que esta es una realidad que está transformando el mundo tal como lo conocemos.