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Lo que harán los ejecutivos de las grandes tecnológicas en el ejército.

Andrew "Boz" Bosworth, director de tecnología de Meta, junto con líderes de OpenAI y Palantir, han sido incorporados a un grupo destinado a transformar las Fuerzas Armadas de EE. UU. en una fuerza más ágil, inteligente y letal.

Cuatro destacados ejecutivos de Silicon Valley, incluyendo a Andrew "Boz" Bosworth, CTO de Meta, han sido incorporados a una unidad especial del Ejército de los Estados Unidos, lo que generó algunas dudas sobre la veracidad de la noticia. Sin embargo, la confirmación llegó a través de un comunicado oficial, anunciando que estos líderes se han unido al Cuerpo de Innovación Ejecutiva, conocido como Detachment 201, donde Bosworth ahora ostenta el rango de teniente coronel.

Los otros oficiales recién comisionados son Kevin Weil, jefe de producto de OpenAI; Bob McGrew, un exresponsable de investigación de OpenAI que ahora asesora a la empresa Thinking Machines Lab; y Shyam Sankar, CTO de Palantir. Estos ejecutivos, en plena mediana edad, fueron incorporados a sus nuevas funciones vestidos con uniformes de camuflaje, y la ceremonia de comisión tuvo lugar en Conmy Hall, en la base conjunta Myer-Henderson Hall, en Virginia, el 13 de junio de 2025. Durante el evento, un asesor de comunicaciones del jefe de estado mayor del Ejército explicó que sus uniformes de gala aún no estaban listos.

La creación de Detachment 201 es parte de una iniciativa de transformación militar que busca hacer al Ejército más eficiente y potente. Este programa, que ha estado en desarrollo durante más de un año bajo la dirección de Brynt Parmeter, el primer oficial de gestión de talento del Pentágono, tiene como objetivo integrar a tecnólogos experimentados en el servicio militar para modernizar las capacidades tecnológicas del ejército. La idea se concretó cuando Parmeter conoció a Sankar en una conferencia, y juntos desarrollaron un plan para facilitar la participación de ejecutivos que forman parte de la industria tecnológica.

A pesar de que parezca inusual que ejecutivos del sector privado tomen roles en el ejército, este tipo de programas no son nuevos. A lo largo de la historia, ha habido precedentes donde altos ejecutivos fueron comisionados directamente durante las guerras mundiales. Sin embargo, la inclinación actual de los ejecutivos a colaborar estrechamente con el Ejército ha suscitado críticas debido a la percepción de privilegios y a la falta de un proceso más inclusivo para seleccionar a los candidatos.

Los cuatro nuevos oficiales son ahora miembros plenos de la Reserva del Ejército y, aunque no se les requerirá pasar por un entrenamiento básico, participarán en entrenamientos de acondicionamiento físico y de tiro menos intensivos. Además, podrán utilizar parte de su tiempo de servicio anualmente en trabajo remoto, algo que no está disponible para otros reservistas. El Ejército también ha aclarado que estos oficiales no serán enviados a combat ir ni arriesgarán sus vidas en conflictos.

Sin embargo, críticos de este programa se cuestionan si estos ejecutivos podrían ofrecer el mismo nivel de apoyo desde el sector privado. Mientras que el ejército alega que no hay conflictos de interés en su participación, la naturaleza de sus empresas y sus vínculos con tecnologías avanzadas de AI y minería de datos plantean dudas sobre su independencia y objetivos.

La iniciativa fue diseñada para que los nuevos oficiales utilicen su experiencia en tecnología para asesorar al Ejército en el uso de tecnologías de vanguardia, mejorar la eficiencia y desarrollar herramientas más efectivas, incluso en escenarios de combate. Aunque ellos afirman que su motivación es el deseo de servir al país, la selección de un grupo tan exclusivo ha sido criticada en el contexto del creciente descontento social contra el elitismo en Silicon Valley.

Los nuevos oficiales reconocen la responsabilidad que conlleva su nuevo estatus y se proponen demostrar su valía más allá de su éxito en el ámbito privado. La transición de un entorno corporativo a uno militar plantea preguntas sobre lealtades y prioridades, especialmente en un contexto donde las decisiones en el sector tecnológico pueden tener implicaciones significativas para la seguridad nacional.