
¿Qué ocurrió con la Ley de Seguridad para Niños en Línea?
La KOSA fue aprobada por el Senado el año pasado con más de 90 votos a favor.
El año 2024 se perfilaba como un momento decisivo para que el Congreso regulase la interacción de los niños con las redes sociales, especialmente a través de la Kids Online Safety Act (KOSA). Aunque el debate sobre los posibles riesgos a la libertad de expresión continuaba, las voces a favor del proyecto resonaban fuertemente entre los senadores. La votación en el Senado fue casi unánime, pero de manera inesperada, los líderes republicanos de la Cámara de Representantes decidieron dejar que el proyecto se desvaneciera, preocupados por que KOSA llevaría a las grandes empresas de Silicon Valley a eliminar contenido más conservador.
Tras una larga y tumultuosa administración de Trump, la propuesta de legislación para la seguridad infantil parece más incierta que nunca. Los defensores de los padres y jóvenes continúan subrayando la urgencia de promover iniciativas como KOSA, así como regulaciones para combatir la proliferación de imágenes de desnudos generadas por inteligencia artificial que involucran a menores. Sin embargo, grupos de derechos civiles advierten que estos proyectos podrían poner en riesgo a los niños marginados y ofrecer nuevas herramientas a Trump para atacar opiniones que no les gustan. A la vez, algunos legisladores dudan de que los reguladores del gobierno, debilitados, puedan hacer cumplir estas normas.
Casi cuatro meses después de que comenzara 2025, KOSA aún no ha sido reintroducida en el Congreso. Es evidente que se requerirán modificaciones para satisfacer a los líderes republicanos de la Cámara, aunque todavía no está claro qué cambios serían aceptables. Otros proyectos, como el Take It Down Act, que aborda imágenes íntimas creadas sin consentimiento y el Kids Off Social Media Act (KOSMA) que busca prohibir que menores de 13 años tengan cuentas, parecen estar en mejor posición ahora que su patrocinador, el senador Ted Cruz, preside el Comité de Comercio. No obstante, incluso con el avance del Take It Down Act en ambas cámaras, el repentino fracaso de KOSA demuestra que no hay garantías.
KOSA establecería la responsabilidad de las plataformas tecnológicas para diseñar sus productos de forma que reduzcan el riesgo de que los niños desarrollen trastornos alimentarios, ansiedad, sean víctimas de acoso o abuso sexual. A pesar de que se le considera como el principal candidato para avanzar en el Congreso, los analistas destacan que enfrenta grandes desafíos para su aprobación. La pregunta ahora es si existe alguna legislación que pueda mejorar la seguridad infantil en línea sin enfrentar la feroz oposición de las grandes empresas tecnológicas.
Las preocupaciones sobre la posible infracción a la libertad de expresión han llevado a varios reajustes en KOSA y a la aparición de un pequeño grupo de disidentes en el Senado. El presidente de la Cámara, Mike Johnson, justificó la demora en el debate del proyecto, argumentando la necesidad de formular un lenguaje adecuado que proteja la libertad de expresión. Los críticos, especialmente de la izquierda, temen que las acciones destinadas a proteger a los niños de contenido dañino podrían ser utilizadas por los reguladores republicanos para censurar temas como el contenido LGBTQ.
Los partidarios de KOSA culpan al cabildeo tecnológico por el estancamiento del proyecto. Empresas más pequeñas como Pinterest y Snap han brindado su apoyo, al igual que Microsoft, cuyos servicios no están destinados a niños. Sin embargo, sus principales objetivos, Meta y Google, habrían hecho lobby en contra del proyecto, empleando temas de guerra cultural para crear oposición en ambas partes. Los analistas creen que es poco probable que las grandes empresas tecnológicas cambien de actitud a menos que la amenaza de una legislación más dura, como la eliminación de la responsabilidad legal de internet, se haga palpable.
Un nuevo problema ha surgido bajo la administración de Trump: ataques directos a las agencias de protección al consumidor, fundamentales para la implementación de estas leyes. Recientemente, se destacó que Trump intentó destituir a comisionados demócratas de la Comisión Federal de Comercio, que había avanzado en la publicación de una nueva normativa sobre la ley de protección infantil. Sin un avance en el Congreso, gran parte de la acción se está trasladando a niveles estatales, donde se introducen y bloquean diversas leyes de seguridad infantil mediante litigios.
En Washington, el destino de la seguridad infantil podría depender de Trump. El Congreso y las agencias como la FTC han mostrado una notable deferencia a sus deseos; el Take It Down Act es una prioridad para la primera dama Melania Trump y fue mencionado por Trump en su discurso al Congreso. Si presiona a los legisladores para que aprueben proyectos como KOSA, esto podría cambiar rápidamente la trayectoria de la legislación. Sin embargo, su estilo errático en la formulación de políticas no ofrece garantías.