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Las amenazas de protesta de Trump generan preocupaciones de vigilancia en torno a su desfile militar.

El gobierno ha utilizado en ocasiones herramientas de vigilancia para observar las manifestaciones.

Las declaraciones del presidente Donald Trump sobre la próxima protesta en el desfile militar en Washington, DC, han generado preocupación entre defensores de la privacidad y expertos en derechos civiles. Trump advirtió que quienes participen en manifestaciones enfrentarán “fuerza muy contundente”, sin hacer distinción entre manifestantes pacíficos y aquellos que no lo son. Su portavoz, Karoline Leavitt, intentó aclarar que el presidente apoya las protestas pacíficas.

El país se prepara para protestas bajo el lema "No Kings", aunque los organizadores decidieron no realizar actividades en DC para no restarle atención al desfile, que coincide con el cumpleaños número 79 de Trump. La utilización de herramientas de vigilancia por parte de las autoridades para monitorear estas manifestaciones es incierta, pero expertos sugieren que los manifestantes deben asumir que estas tecnologías estarán presentes, dada la historia de uso por parte del gobierno en situaciones similares.

La Policía Metropolitana de DC ha señalado que la agencia del Servicio Secreto planea utilizar drones durante el desfile. Aunque no hay confirmación sobre otros dispositivos de vigilancia, la experiencia pasada con el uso de tecnología por parte de agencias como el Departamento de Seguridad Nacional, que empleó drones para seguir protestas de Black Lives Matter en 2020, añade un aire de inquietud. También se menciona que el FBI utilizó órdenes de geofence en 2022 para obtener datos de usuarios de Android en Seattle.

Los intentos agresivos de la Administración de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para cumplir con las órdenes de deportación de Trump han suscitado una creciente alarma. Expertos como Albert Fox Cahn han expresado su preocupación por el aumento de la brutalidad y la militarización en la respuesta a los que ejercen su derecho a manifestarse, advirtiendo que esta situación se vuelve cada vez más compleja y peligrosa.

La recopilación de datos de vigilancia puede ser utilizada en contra de los manifestantes, ya sea para acusarlos de delitos o facilitar deportaciones, lo que genera un riesgo potencialmente devastador, especialmente para las comunidades de color. A pesar de que algunos intentos de la administración Trump han sido bloqueados por los tribunales, las consecuencias de la vigilancia pueden ser irreversibles, atemorizando a las personas para que no participen en protestas.

Los manifestantes pueden tomar medidas para proteger su privacidad, como utilizar cubiertas para el rostro y evitar llevar smartphones, así como anotar números importantes en el cuerpo en caso de emergencia. A pesar de que tales advertencias pueden disuadir a algunas personas de ejercer sus derechos, es fundamental proporcionar información clara sobre los riesgos existentes.

Cahn concluye que la vigilancia de protestas es incompatible con la libertad de expresión, afirmando que dar al gobierno la capacidad de compilar un dossier sobre aquellos que se manifiestan en contra puede silenciar a millones.