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Trump Busca Eliminar los Estándares de Emisiones de California: Implicaciones para los Vehículos Eléctricos.

Los especialistas advierten que interrumpir los planes de electrificación de la flota de vehículos en Estados Unidos podría causar problemas a largo plazo.

Esta semana, la Casa Blanca y el presidente Donald Trump intentaron poner fin al plan de California para acelerar la venta de vehículos y camiones con cero emisiones en el estado. Durante una ceremonia en Washington D.C., y en presencia de ejecutivos del sector de transporte, Trump firmó tres resoluciones aprobadas por el Congreso que buscan revocar el poder que California ha tenido durante casi 60 años para establecer sus propias normas de emisiones para vehículos.

Este acto del gobierno federal apunta a uno de los planes de electrificación de vehículos más ambiciosos y políticas climáticas en el mundo: la meta de California de prohibir la venta de nuevos vehículos a gasolina para el año 2035. Junto con otros diez estados que se han comprometido a seguir sus normas de emisiones más estrictas, California representa casi un tercio de las ventas anuales de autos nuevos en EE. UU., lo que le otorga un gran poder sobre el mercado automotriz del país. Actualmente, uno de cada cuatro vehículos vendidos en California son eléctricos de batería o híbridos enchufables.

Los expertos aseguran que esta medida no afectará a los tipos de vehículos disponibles en los concesionarios hoy o el próximo año. Sin embargo, el intento de revocar los poderes de California, junto con otras políticas destinadas a los vehículos eléctricos —como la propuesta de la Agencia de Protección Ambiental para revertir los estándares de economía de combustible, el esfuerzo del Congreso para eliminar los créditos fiscales para vehículos eléctricos y la pausa del Departamento de Transporte en la financiación de infraestructuras de carga de vehículos eléctricos— podría influir en el interés de los compradores por optar por vehículos eléctricos. En otras palabras, la percepción del mercado hacia los autos eléctricos podría volverse negativa.

La directora ejecutiva del Emmett Institute on Climate Change and the Environment de UCLA, Cara Horowitz, señala que “las decisiones sobre producción de autos están ya definidas y toman años para cambiar”. Por su parte, Simon Mui, vinculado a la defensa de políticas de vehículos limpios en el Natural Resources Defense Council, describió la acción como “un gran viento en contra”.

En respuesta, California presentó de inmediato una demanda. El gobernador Gavin Newsom también dio instrucciones a las agencias estatales para que encuentren nuevas formas de promover vehículos de cero emisiones. Las resoluciones se basan en una nueva teoría legal propuesta por legisladores republicanos, la cual sostiene que se puede utilizar el poder del Congreso, normalmente aplicado a las normas de agencias federales, para eliminar la autoridad de "exención" de California, establecida en 1967 como parte de la ley del Clean Air Act. Esta exención permite al estado establecer estándares de emisiones de vehículos más estrictos.

Según el fiscal general de California, Rob Bonta, se trata de un enfoque sin precedentes que busca legalizar teorías extremadamente marginales para llevar a cabo acciones que en realidad no pueden. Diez estados, entre ellos Colorado, Massachusetts, Nueva York y Washington, se unieron a la demanda.

El actual cambio en el mercado de vehículos eléctricos de EE. UU. parece haber afectado las actitudes de los compradores hacia los autos eléctricos. Los datos de ventas indican que, a pesar de que los estadounidenses siguen comprando vehículos eléctricos, el ritmo de crecimiento se ha desacelerado. Estos sentimientos, junto con regulaciones cambiantes y políticas arancelarias, han generado lo que se describe como un nivel "sin precedentes" de caos para los fabricantes de automóviles, según un informe reciente de analistas de Bank of America. Los fabricantes planean lanzar solo 159 nuevos modelos en los años de modelo 2026 a 2029, con un promedio anual inferior al de los 20 años anteriores.

Los fabricantes suelen argumentar que las metas de California son poco realistas, dada la falta de entusiasmo de los consumidores por los vehículos eléctricos, y que relajar regulaciones fomenta una mayor elección de los consumidores. Muchos han retrocedido en sus planes originalmente ambiciosos para electrificar sus gamas. Ford, por ejemplo, ha decidido centrarse más en vehículos híbridos y alejarse de algunos planes de vehículos totalmente eléctricos; Volvo ha abandonado silenciosamente su plan de ser completamente eléctrico para 2030; y Mercedes-Benz ha postergado su misión de electrificarse totalmente para ese año en algunos mercados. General Motors y Volkswagen han retrasado varios modelos eléctricos.

En un comunicado escrito, John Bozzella, presidente y CEO del grupo comercial Alliance for Automotive Innovation, calificó las políticas de California como perjudiciales para la asequibilidad automotriz y la competitividad de la industria. General Motors expresó su aprecio por las resoluciones firmadas por Trump, afirmando que abogan por un estándar nacional. Un portavoz de Ford remarcó la importancia de estándares de emisiones nacionales que reflejen la realidad del mercado.

Expertos advierten que las acciones de la administración Trump podrían revertir años de inversión pública en tecnologías de vehículos más limpios. La ley de infraestructura de 2021 y la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 generaron una inversión estimada de 210 mil millones de dólares en la cadena de suministro de vehículos eléctricos en EE. UU. Esta financiación estaba destinada a asegurar que el país pudiera competir con los fabricantes chinos, que han desarrollado vehículos eléctricos asequibles que han despertado el interés mundial. Según Mui, esto sería como "dispararse en el pie", ya que la administración está literalmente matando la demanda de los productos que estas instalaciones producen y de las inversiones ya realizadas.