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Consejos para el uso, mantenimiento y disposición segura de tus baterías portátiles.

Mantén tu batería externa en buen estado y protegida.

La batería de iones de litio que se encuentra en los bancos de energía no está diseñada para durar indefinidamente. Con el paso de los años y cientos de cargas, su rendimiento y capacidad disminuyen, aumentando el riesgo de problemas más graves. Existen medidas que se pueden tomar para alargar la vida útil de un banco de energía y garantizar su uso seguro. Si tu dispositivo tiene algunos años, hay señales que indican que puede estar llegando al final de su vida útil y necesita ser desechado adecuadamente.

Aunque el riesgo de que un banco de energía cause un incendio —resultado de una reacción en cadena conocida como "emergencia térmica"— es bajo, los incidentes que ocurren pueden ser intensos, a veces explosivos y difíciles de extinguir. Recientemente, Anker llevó a cabo un retiro de más de 1.1 millones de bancos de energía envejecidos. Aunque la compañía recibió solo 19 reportes de incendios y explosiones, estos incidentes causaron múltiples lesiones y daños materiales superiores a $60,000.

Identificar cuándo un banco de energía ha llegado al final de su vida útil puede ayudar a prevenir fallos de hardware y reducir el riesgo de incendios. Sin embargo, la proactividad y el conocimiento sobre su correcto uso son igualmente esenciales.

Uno de los primeros pasos para su uso seguro y prolongado es adquirir un banco de energía de una marca reconocida. Aunque pueden parecer más costosos, estos dispositivos suelen contar con componentes y materiales de mayor calidad, lo que reduce la posibilidad de defectos de fabricación. Los bancos de energía más grandes y caros con mayor capacidad, como un modelo de 20,000mAh en lugar de uno de 5,000mAh, también tienden a durar más, ya que tienen más celdas de batería que distribuyen la carga de energía, lo que alivia la presión en cada ciclo de carga.

Los incendios relacionados con bancos de energía son provocados por reacciones químicas en la batería recargable que generan más calor del que puede disiparse, resultando en una liberación de energía rápida e incontrolada. Para mitigar el riesgo de sobrecalentamiento, se deben evitar temperaturas extremas al usar o almacenar estos dispositivos. No es aconsejable guardarlos en vehículos que tiendan a calentarse mucho o dejarlos expuestos a la luz solar directa.

Es mejor almacenar los bancos de energía en un lugar fresco, seco y oscuro, como un armario. No obstante, es recomendable no guardarlos todos en un solo contenedor, ya que dejar un poco de espacio entre ellos puede reducir el riesgo de que un banco sobrecalentado afecte a otro.

Si un banco de energía ha sufrido daños, como estar perforado o golpeado, es vital dejar de usarlo y desecharlo correctamente. Aunque aparentemente esté en buenas condiciones externas, no se puede saber cómo ha sido afectada la batería internamente.

Anker aconseja cargar el dispositivo solo entre un 50% y un 80% de su capacidad para prevenir sobrecargas accidentales, así como evitar que se descargue por completo antes de volver a cargarlo. También es recomendable no utilizar un banco de energía para cargar otro dispositivo mientras se está cargando a sí mismo, ya que esto puede generar un exceso de calor y poner más tensión en la batería. Algunos bancos de energía de gama alta permiten actualizaciones de software y firmware, lo que puede mejorar su rendimiento o corregir errores.

Aunque no existen herramientas definitivas que indiquen cuándo se debe reemplazar un banco de energía, un síntoma común de que la batería se ha agotado es la disminución del rendimiento. Si tarda mucho más en recargarse o si la cantidad de usos ha disminuido, es posible que sea momento de reemplazarlo.

Además, si el banco de energía se calienta tanto que resulta peligroso al tacto, esto podría indicar problemas. Cambios físicos como deformaciones o hinchazones son más fáciles de identificar; un mal manejo del calor o la antigüedad de la batería pueden causar que el material electrolítico se descomponga, generando gases que hacen que la carcasa se expanda, a veces de forma evidente.

Es importante revisar regularmente los sitios web de los fabricantes para informarse sobre retiradas de productos. Marcas como Anker y Baseus tienen páginas dedicadas a anuncios de retiro.

Finalmente, a pesar de que el riesgo de incendio y explosiones es bajo, los bancos de energía y dispositivos con baterías de iones de litio deben ser desechados correctamente y nunca arrojados con la basura o reciclaje habitual. Se han reportado incendios en camiones de basura causados por baterías de iones de litio dañadas, y priorizar la conveniencia sobre la seguridad ajena es irresponsable. Algunas tiendas de electrónica ofrecen programas de reciclaje, pero suelen tener limitaciones.

Si necesitas deshacerte de un banco de energía retirado o que muestra signos de estar al final de su vida, asegúrate de seguir las leyes y regulaciones locales sobre su disposición. Puede ser útil localizar un centro de reciclaje que acepte dispositivos electrónicos potencialmente peligrosos. Además, el sitio de la EPA en EE.UU. lista organizaciones que pueden ayudar a encontrar instalaciones de disposición adecuadas según tu ubicación.