
El telescopio Webb encuentra una luna lejana que presenta una sorprendente similitud con la Tierra.
Los científicos están entusiasmados por las observaciones realizadas en Titán.
Recientes observaciones han provocado un gran entusiasmo entre los científicos, quienes han estado sospechando que Titán, la mayor luna de Saturno, podría tener un clima similar al de la Tierra, con la formación de nubes que potencialmente traen lluvia. Esta revelación sería significativa, ya que haría de Titán un lugar único en el sistema solar, al ser uno de los pocos cuerpos celestes con condiciones climáticas comparables a las de nuestro planeta.
A través del uso de potentes telescopios, como el James Webb y el Keck II en Hawái, los astrónomos lograron observar nubes ascendiendo por encima de Titán. Este fenómeno se registró específicamente en el hemisferio norte, donde se encuentran la mayoría de sus lagos y mares. Este hallazgo se realizó en la culminación del verano titanesco y es la primera documentación de tal actividad en esa región.
La investigación sugiere que las grandes masas de líquido en la superficie, similares en tamaño a los Grandes Lagos de Estados Unidos, podrían ser alimentadas por este fenómeno de "lluvia", aunque en lugar de agua, se trataría de metano frío. Con las observaciones de Webb, se reveló que, durante el verano en el hemisferio norte de Titán, las nubes pueden alcanzar mayores altitudes impulsadas por la luz solar, un proceso interpretado de manera similar a las tormentas en la Tierra.
Los análisis también revelaron un nuevo hallazgo: la presencia de radicales de metilo en la atmósfera de Titán, moléculas de corta vida que indicarían reacciones químicas activas en su atmósfera. Este descubrimiento plantea la pregunta de si el metano de Titán se está regenerando continuamente desde su interior, de lo contrario, existe la posibilidad de que el ambiente del satélite se vuelva inhóspito con el tiempo.
A pesar de que las nubes recién descubiertas sugieren que podría llover sobre Titán, no se ha observado precipitación en sí, y los investigadores planean estudios adicionales para monitorear cómo podrían cambiar los patrones meteorológicos, especialmente tras el equinoccio. Si el metano en la atmósfera de Titán no se renueva, el cuerpo celeste podría eventualmente convertirse en un mundo árido y polvoriento, parecido a Marte.
La misión Dragonfly, por otro lado, ha avanzado hacia la etapa de construcción de un vehículo similar a un helicóptero que explorará Titán en la próxima década, siendo esta una de las principales prioridades de exploración del espacio debido a la posible existencia de ingredientes orgánicos que podrían sustentar formas de vida, lo que capta la atención de los científicos.