Cover Image for La tarifa de la visa H-1B de Trump no solo se relaciona con la inmigración, también refleja lealtad.

La tarifa de la visa H-1B de Trump no solo se relaciona con la inmigración, también refleja lealtad.

La tarifa de la visa H-1B propuesta por Trump no solo se centra en la inmigración, sino que también busca presionar a las empresas tecnológicas para que se alineen a cambio de obtener un beneficio.

Donald Trump ha manifestado abiertamente su rechazo hacia la inmigración, lo que ha sido fundamental en su movimiento político desde que irrumpió en la escena el 16 de junio de 2015. Su más reciente ataque al programa de visas H-1B parece alinearse con la estrategia de la administración para disminuir el número de inmigrantes en el país. Sin embargo, el objetivo principal de Trump podría no ser necesariamente el empleo de más estadounidenses o la reducción de trabajadores indios en EE. UU., sino otorgar al gobierno un mayor control sobre lo que él percibe como sus adversarios, especialmente en el ámbito tecnológico.

En la letra pequeña del decreto que aborda este tema, se encuentra una cláusula que establece que las restricciones mencionadas no se aplicarán a ningún individuo, empresa o incluso industria entera si el Secretario de Seguridad Nacional determina que la contratación de estos trabajadores especializados H-1B es de interés nacional y no representa una amenaza para la seguridad o el bienestar del país. Esto significa que el secretario tiene la potestad de eximir a cualquier persona o compañía de las restricciones, lo que pone de manifiesto el verdadero propósito de la proclamación.

Históricamente, el sector tecnológico y Trump han sido antagonistas, aunque en su segundo mandato ha logrado alinearlos más a su favor. La Casa Blanca ha orquestado eventos en los que los CEO de tecnología han tenido que demostrar su lealtad y admiración hacia Trump, lo que les obliga a realizar concesiones para evitar la pérdida de empleados altamente capacitados debido a costos de visas.

Gigantes como Meta, Microsoft y Amazon no son los únicos que se benefician del programa H-1B. También el sector financiero, en el que empresas como JP Morgan Chase y Deloitte cuentan con más de 2,000 trabajadores H-1B cada una, podría beneficiarse de esta flexibilización. No sería extraño que el Secretario de Seguridad Nacional decidiera otorgar exenciones a JP Morgan si, por ejemplo, esta entidad decidiera otorgar un préstamo significativo a la Organización Trump.

Las universidades también dependen en gran medida del programa H-1B para atraer a los mejores académicos, especialmente en campos como la enfermería y la medicina. Instituciones como Harvard y Columbia tienen cientos de trabajadores H-1B en su nómina, y ahora la Casa Blanca puede amenazar a sus profesores e investigadores extranjeros.

Este enfoque recuerda las medidas arancelarias anteriores. Trump había amenazado con imponer tarifas del 100% a los chips, solo para otorgar exenciones a las compañías que le proporcionaran una victoria en relaciones públicas mediante pequeñas inversiones en manufactura en EE. UU. Lo que indica que a menudo, un pequeño beneficio para el gobierno puede hacer que las preocupaciones de seguridad se desvanecen.

El resquicio legal también socava los posibles beneficios que algunos creen que las restricciones a las visas H-1B podrían tener para los trabajadores estadounidenses. En cuanto Trump obtenga lo que quiere de una industria, puede fácilmente otorgar exenciones, convirtiendo las nuevas restricciones en herramientas de transacción. Si estas restricciones resultan en menos empleos para trabajadores extranjeros, él las presentará como un triunfo, pero es más probable que derive satisfacción de ver a universidades y empresas tecnológicas sometiéndose a su voluntad a cambio de un paso libre.