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La supercomputadora cerebral y secreta de Sandia promete avances en la computación defensiva sin sistema operativo ni almacenamiento interno.

SpiNNaker 2 emplea un diseño neuromórfico para gestionar cálculos complejos.

Un nuevo sistema de computación, inspirado en la arquitectura del cerebro humano, ha sido activado en los Laboratorios Nacionales Sandia, ubicados en el estado de Nuevo México, EE. UU. El SpiNNaker 2, desarrollado por la empresa alemana SpiNNcloud, destaca no solo por su diseño neuromórfico, sino también por su notable ausencia de un sistema operativo y almacenamiento interno.

Este innovador sistema está respaldado por el programa de Simulación y Computación Avanzada de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear y representa un avance importante en el uso de máquinas inspiradas en el cerebro para aplicaciones de seguridad nacional.

A diferencia de los supercomputadores convencionales, que dependen de unidades de procesamiento gráfico (GPU) y almacenamiento centralizado en discos, el SpiNNaker 2 está diseñado para operar de manera similar a cómo lo hace el cerebro humano, utilizando computación dirigida por eventos y procesamiento paralelo. Cada chip del SpiNNaker 2 cuenta con 152 núcleos y aceleradores especializados, y cada placa del servidor tiene 48 chips. Un sistema completamente configurado puede contener hasta 1,440 placas, 69,120 chips y un total impresionante de 138,240 terabytes de DRAM.

Estos datos indican que el sistema no solo es voluminoso, sino que también está concebido para proporcionar un tipo de rendimiento radicalmente diferente, centrado en la rapidez del DRAM frente al almacenamiento tradicional basado en discos. La velocidad del sistema proviene de la retención de datos en SRAM y DRAM, una característica que SpiNNcloud subraya como esencial, afirmando que "el supercomputador está conectado a sistemas HPC existentes y no contiene ningún sistema operativo o discos". La empresa también sugiere que los puertos de Ethernet paralelos estándar son "suficientes para cargar/guardar los datos", lo que implica una mínima necesidad de complejas estructuras de almacenamiento típicas en la computación de alto rendimiento.

A pesar de estas promesas, las implicaciones reales de esta tecnología aún son especulativas. El sistema SpiNNaker 2 simula entre 150 y 180 millones de neuronas, lo que aunque es impresionante, es modesto en comparación con las alrededor de 100 mil millones de neuronas que tiene el cerebro humano. El concepto original de SpiNNaker fue desarrollado por Steve Furber, una figura clave en la historia de Arm, y esta versión más reciente parece ser la culminación comercial de esa idea.

El verdadero rendimiento y utilidad del sistema en aplicaciones del mundo real, especialmente en contextos de alta presión, aún debe ser evaluado. Hector A. Gonzalez, cofundador y CEO de SpiNNcloud, destacó que las ganancias en eficiencia de SpiNNaker 2 lo hacen particularmente adecuado para las exigentes necesidades computacionales de las aplicaciones de seguridad nacional, enfatizando su potencial uso en "defensa de próxima generación y más allá". Sin embargo, queda la cuestión de si sistemas neuromórficos como SpiNNaker 2 podrán cumplir sus promesas en contextos no especializados.

La activación de este sistema en Sandia representa un paso silencioso pero potencialmente significativo en la evolución de la intersección entre la neurociencia y la supercomputación.