
El competidor ruso de WhatsApp se instalará de forma predeterminada en nuevos teléfonos inteligentes y tabletas a partir de septiembre: esto es lo que sabemos.
Tras su implementación en Android, la tienda de aplicaciones RuStore también ha sido impuesta en los dispositivos de Apple.
A partir del 1 de septiembre de 2025, todos los nuevos smartphones y tabletas vendidos en Rusia deberán contar con Max, una aplicación de mensajería desarrollada en el país. Este servicio, competidor de WhatsApp, está integrado con funciones gubernamentales y ha logrado alcanzar 18 millones de usuarios registrados hasta la fecha.
Expertos en privacidad han expresado su preocupación, al advertir que Max podría ser utilizado para espiar a sus usuarios. Sin embargo, el Kremlin ha negado estas afirmaciones, argumentando que Max tiene menos permisos para acceder a los datos de los usuarios en comparación con aplicaciones como WhatsApp y Telegram.
Además, el 1 de septiembre se hará obligatoria la instalación del RuStore, una tienda de aplicaciones local, en todos los dispositivos de Apple, que anteriormente solo era obligatoria en dispositivos Android.
WhatsApp es actualmente la aplicación de mensajería más popular en Rusia y no ha sido bloqueada, a diferencia de otras plataformas de Meta. Sin embargo, el gobierno ha anunciado su intención de prohibir esta aplicación en el futuro cercano. Anton Gorelkin, una figura clave en el parlamento ruso, ha indicado que WhatsApp debe prepararse para salir del mercado ruso, en el contexto de que Meta ha sido catalogada como una organización extremista en el país.
Recientemente, diversas fuentes oficiales confirmaron que hay un 99% de probabilidades de que se lleve a cabo el bloqueo de WhatsApp. Además, se han impuesto restricciones parciales sobre las llamadas en Telegram y WhatsApp, bajo el argumento de que son medidas para combatir actividades criminales y terroristas.
Este posible cierre de WhatsApp se suman a una nueva ley que penaliza las búsquedas en línea de contenido considerado 'extremista' y a un endurecimiento de las sanciones para quienes utilicen servicios de VPN para evadir bloqueos. Esto complica aún más el acceso a aplicaciones de mensajería populares, que son esenciales para la comunicación diaria.