
Los nuevos enfoques de la juventud para reducir la dependencia del teléfono: desde bolsas Yondr hasta graduaciones sin pantallas.
La próxima frontera para el creciente movimiento sin teléfonos.
En los últimos 30 años, los teléfonos inteligentes han pasado de ser gadgets a convertirse en el eje central de nuestras vidas, generando preocupaciones sobre su impacto en la sociedad. A pesar de los intentos de algunos sectores por regular su uso, el desafío persiste. Graham Dugoni, fundador y CEO de Yondr, propone una alternativa a las prohibiciones absolutas: establecer espacios donde los dispositivos estén fuera de uso, a modo de "criando con amor" en lugar de restringir. Esta compañía, una de las más reconocidas en el movimiento por la desconexión, ofrece un sistema de bolsas sellables para mantener los teléfonos alejados durante eventos sociales.
Dugoni se inspira en pensadores existencialistas, creyendo que la revolución digital ha trastocado la experiencia humana, provocando problemas de identidad, privacidad y pensamiento crítico que no fueron considerados. Por ello, Yondr pretende crear "espacios desconectados" para recordar a la gente cómo es vivir sin pantallas. Desde su fundación, la compañía ha crecido significativamente, siendo utilizada en diversos entornos y eventos, como en escuelas que buscan reducir las distracciones provocadas por los teléfonos.
A través de un sistema que permite a los usuarios mantener el control de sus teléfonos en las bolsas durante un evento, Yondr busca interrumpir el ciclo de la adicción a las pantallas. Durante el proceso, las personas firman un contrato social implícito al ingresar a un espacio libre de teléfonos, aceptando no utilizarlos hasta que el evento concluye.
Aunque los pouches de Yondr se utilizan extensivamente en escuelas para disminuir el uso de teléfonos, no imponen restricciones; el éxito radica en la colaboración entre estudiantes y personal educativo. En Fern Creek High School, el uso de estos pouches ha sido visto como una solución a un problema persistente, ayudando a reducir distracciones y mejorar el ambiente escolar. Sin embargo, algunas inquietudes han surgido, tales como la posibilidad de que los pouches sean vulnerables a manipulaciones o su costo, que puede ser una barrera para algunos distritos.
Sin embargo, la demanda de espacios libres de dispositivos ha crecido también en eventos en vivo, como los espectáculos de comedia, donde se ha notado una mayor conexión entre el público y los artistas. Con el paso del tiempo, se ha considerado necesario un enfoque flexible en las políticas de desconexión, especialmente para satisfacer las diversas necesidades de la comunidad.
La discusión sobre la cultura sin teléfonos está en auge, enfocándose cada vez más en las generaciones más jóvenes, quienes son especialmente vulnerables a los efectos del uso del smartphone. Proyectos como #HalfTheStory, buscan enseñar a los jóvenes sobre la relación entre tecnología y salud mental, subrayando que es imperativo involucrar a los adolescentes en estas iniciativas. Este enfoque busca no solo crear conciencia sobre el uso de tecnología, sino también ofrecerles un sentido de libertad y control.
La clave para el éxito de estas iniciativas radica en la aceptación social y el compromiso de todos los involucrados, haciendo que sea una experiencia colectiva. Al establecer estos espacios, se trata de fomentar un sentido de comunidad y conexión, ofreciendo un respiro de la vida digital y redescubriendo lo que significa convivir sin la constante distracción de un teléfono.