
La UE introducirá etiquetas de calificación de reparabilidad en teléfonos y tablets en junio.
La Unión Europea está implementando nuevas etiquetas en los teléfonos inteligentes y tabletas que mostrarán el nivel de reparabilidad de los dispositivos. Estas etiquetas comenzarán a aparecer en junio.
La Unión Europea implementará nuevas etiquetas en smartphones y tablets que indicarán la facilidad de reparación de estos dispositivos. Estas etiquetas también incluirán calificaciones sobre la eficiencia energética y la durabilidad. Estarán presentes en los dispositivos a partir del 20 de junio y se asemejarán a las que ya existen para electrodomésticos y televisores.
Las etiquetas mostrarán una clasificación de eficiencia energética que va de la A a la G, además de incluir información sobre la duración de la batería y el número de ciclos de carga disponibles. También contarán con calificaciones por letra que evalúan la durabilidad y la posibilidad de reparación, así como un índice IP que indicará la resistencia al agua y al polvo. Los productos cubiertos por esta iniciativa incluyen teléfonos fijos inalámbricos, aunque los smartphones con pantallas enrollables quedarán exentos, lo cual resulta peculiar dado que, actualmente, no hay teléfonos enrollables disponibles para los consumidores. Los tablets que funcionan con Windows estarán sujetos a una normativa específica para computadoras.
Este cambio no es el único anunciado por la EU en relación con la venta de dispositivos. A partir de ahora, el hardware deberá cumplir con nuevos "requisitos de ecodiseño" para ser comercializado en la región. Esto incluye la obligación de proporcionar cualquier pieza de repuesto necesaria para su reparación.
Otros requisitos de ecodiseño especifican que las baterías deben retener al menos el 80% de su capacidad después de 800 ciclos de carga y que la protección contra caídas y rasguños debe superar los estándares mínimos. Finalmente, las empresas deberán garantizar que las actualizaciones del sistema operativo se ofrezcan dentro de los seis meses siguientes a la disponibilidad del código fuente.