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El viaje de negocios está evolucionando más rápido que nunca. Te ayudaremos a adaptarte.

Hace cinco años, los viajes de trabajo eran muy diferentes a como son en la actualidad. WIRED y Condé Nast Traveler han colaborado para ofrecerte toda la información necesaria para que realmente disfrutes de trabajar mientras estás en movimiento.

La pandemia de Covid-19, que comenzó en 2020, alteró de manera radical no solo la vida cotidiana de las personas, sino también su forma de trabajar. En ese momento, muchos expertos en salud, directores ejecutivos y medios de comunicación previeron que los viajes de negocios se detendrían indefinidamente. La idea era que, si las tareas y reuniones diarias podían llevarse a cabo a través de plataformas como Zoom y Slack, entonces lo lógico sería aplicar ese enfoque digital a los viajes laborales.

Sin embargo, hacia finales de 2020, Sara Nelson, presidenta internacional de la Asociación de Auxiliares de Vuelo-CWA, AFL-CIO, y profesional de United Airlines, hizo una predicción que resultó ser acertada. Argumentó que, aunque las reuniones virtuales habían conectado a las personas de manera innovadora, la industria del turismo mostraba que, a medida que más personas se conectaban a través de la tecnología, mayor era su deseo de viajar, ya que la interacción física sigue siendo un anhelo humano. Además, afirmó que, una vez que alguien obtenía una ventaja al asistir en persona, las empresas volverían a priorizar estos gastos.

La realidad pudo comprobar su predicción. Con la disponibilidad generalizada de las vacunas y la disminución de la amenaza del virus, muchas empresas comenzaron a convocar a sus empleados de vuelta a las oficinas y a financiar sus vuelos. Un informe de 2024 del Consejo Mundial de Viajes y Turismo indicó que los viajes de negocios globales han superado los niveles anteriores a la pandemia, alcanzando un gasto estimado de 1.5 billones de dólares el año pasado.

En respuesta a esta recuperación, las aerolíneas se encuentran en una especie de competencia para ofrecer lounges más atractivos en los aeropuertos, como el nuevo Delta One que se inauguró en JFK, así como mejoras en los servicios de clase ejecutiva a bordo. Por otro lado, los millennials, deseosos de disfrutar de su poder adquisitivo, han contribuido a un auge en los viajes "bleisure", que combinan negocios y ocio. Esta tendencia subraya también la creciente comprensión de que viajar por trabajo puede ser una experiencia social y una oportunidad para el crecimiento personal.

La reactivación de los viajes de negocios también ha traído consigo avances tecnológicos significativos. La conexión Wi-Fi en los aviones, que antes era poco confiable, ahora funciona de manera notable. Además, las aerolíneas y las empresas tecnológicas están incorporando avances en inteligencia artificial generativa, innovando en áreas como el servicio al cliente y el software de informes de gastos, proporcionando respuestas más rápidas y automatizando tareas tediosas.

Se anticipa que, en un futuro cercano, la inteligencia artificial incluso podrá reservar y gestionar agendas completas, adaptando sus decisiones según las preferencias individuales de los usuarios y manteniéndolos informados sobre cambios de última hora. Este tema será explorado en un próximo paquete informativo que abordará lo que se puede esperar del futuro de los viajes de negocios, compartiendo historias detalladas sobre diversos aspectos de esta actividad, desde desplazamientos prolongados hasta la tecnología que mantiene los aviones en vuelo.