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¿El mayor error en aplicaciones de citas para la Generación Z? Ser incómodo.

Para muchos jóvenes que utilizan aplicaciones de citas, la sinceridad puede ser un factor decisivo y mostrar interés genuino puede parecer desesperado o incluso "repulsivo". Sin embargo, al proteger sus emociones, estos usuarios podrían estar perdiendo la oportunidad de encontrar el amor verdadero.

Giovanni Wolfram, un joven de 25 años que reside en Santa Fe, Nuevo México, no se preocupa demasiado por si los usuarios de aplicaciones de citas lo consideran atractivo. Su principal inquietud es cómo lo percibiran, temiendo ser visto como "cringey". Según él, la apariencia se puede sobrellevar, pero ser “cringey” es una etiqueta difícil de quitarse. Desde que se unió a Hinge a los 18 años, ha trabajado en presentar un perfil que evite la sinceridad. Opta por respuestas sarcásticas e irónicas en los mensajes de la aplicación, utilizándolas como una especie de prueba de carácter. Aquellos que toman en serio su tono sarcástico suelen no recibir respuesta.

Wolfram expresa que, aunque intelectualmente valora la sinceridad, le preocupa ser considerado demasiado serio o auténtico. Esta tendencia de muchos jóvenes de restar importancia a la sinceridad puede ser un mecanismo para lidiar con la vulnerabilidad y la desilusión. Jordan Meisel, una psicóloga de Nueva York que trabaja con estudiantes universitarios y jóvenes adultos, ha observado esta reticencia a ser sinceros. Afirma que los jóvenes son conscientes de que presentarse de manera auténtica puede ser más vulnerable que adoptar un alter ego que se ajuste a lo que creen que los demás esperan.

Para Wolfram, la comunicación en las aplicaciones de citas consiste en humor o nada. Confiesa que preferiría no dar respuesta que arriesgarse a ser percibido como sincero. Al observar perfiles, suele desencantarse de aquellos que son demasiado serios. Por ejemplo, menciona que no le atraen aquellos que en sus perfiles hablan de disfrutar de días perezosos en la cama.

Lila Goodwillie, una neoyorquina de 25 años, también reconoce que el "cringeyness" puede alejarla de alguien. Aunque en la vida real le atraen chicos nerds o un poco torpes, argumenta que en las aplicaciones su criterio es más estricto. La presión por evitar el factor cringe ha llevado a muchos a ser selectivos ante perfiles que contienen clichés, como el típico hombre sosteniendo un pez o aquellos que muestran selfies en el gimnasio.

Will Gray, un joven de 26 años de Nashville, comparte esta aversión hacia lo demasiado serio. Sus propias respuestas en Hinge son sarcásticas, ya que siente la "amenaza" de ser percibido como pretencioso. Aunque admite que este autoconciencia puede obstaculizar la búsqueda de amor y compañerismo, considera que las personas que se presentan con sinceridad podrían tener más éxito a largo plazo. Sin embargo, para Anabelle Williams, de 25 años, alguien que busca una relación seria es una "gran bandera roja".

Liam Katz, otro neoyorquino de 24 años, ve la sinceridad en aplicaciones como antinatural. Comenta que la conversación en un evento social raramente comienza con declaraciones formales sobre lo que se busca. Cree que la dinámica de las aplicaciones ha sustituido la espontaneidad de las interacciones naturales, convirtiendo la búsqueda de parejas en algo rígido y despersonalizado. Esta cultura de juicio hace que los usuarios sean muy conscientes de cómo se presentan, y muchos, como Katz, evitan caer en lo que consideran cringey.

Meisel añade que los jóvenes a menudo tienen un temor profundo respecto a ser percibidos como "cringe". En su experiencia clínica, muchos sienten soledad y desconexión sin entender del todo las razones, que suelen estar ligadas a este miedo de mostrarse vulnerables. Esta aversión podría estar relacionada con un descontento más amplio hacia el mundo.

Si bien la ironía fue característica de los millennials, Giovanni sostiene que su generación tiene una mayor aversión hacia la sinceridad. Se ha observado que la sinceridad de los millennials lo "revuelca", y opina que el miedo al juicio en línea ha marcado su forma de interactuar.

Además, para algunos, estar en una aplicación de citas ya conlleva un sentido de cringe. Erica Dick, una joven de 24 años de Manhattan, desea que su potencial pareja reconozca la extrañeza de la situación. Esto sugiere que muchos prefieren perfiles que reflejen una actitud no demasiado seria para contrarrestar la incomodidad asociada con estar en una aplicación.

A pesar de estos desafíos, Meisel reconoce que hay esperanza. Algunos de sus pacientes más jóvenes están comenzando a desafiar estos miedos y a reconocer que ser vulnerable y sincero es esencial para forjar relaciones significativas.