
A diez años de su lanzamiento, el Apple Watch ha marcado el inicio de la era de los relojes inteligentes.
El Apple Watch está a punto de conmemorar su décimo aniversario, y aquí te contamos las razones por las cuales debería ser considerado el reloj inteligente por excelencia.
Al colocarme mi Apple Watch Series 10, estoy usando un reloj que es tan reconocible como algunos de los más icónicos jamás fabricados, y sin duda el smartwatch más conocido que existe. Este dispositivo celebra su décimo aniversario el 24 de abril y, aunque su forma ha evolucionado a lo largo de los años, nunca ha cambiado drásticamente, lo que se considera una de sus mayores fortalezas.
Cuando se menciona un reloj de buceo, es común que la mayoría piense en un Rolex Submariner. Si pensamos en un reloj de piloto, probablemente se nos venga a la mente la serie IWC Mark, mientras que el ámbito de los relojes resistentes lo domina el Casio G-Shock DW-5600. Similarmente, si pedimos a un niño que dibuje un automóvil deportivo, probablemente lo dibujará en color rojo, porque en la mente de muchas personas, el Ferrari es el coche deportivo definitivo. Así, cada uno de estos ejemplos representa siluetas definitorias en su respectivo mundo. La Apple Watch, por su parte, debería ser considerada la silueta definitiva de los smartwatches.
Si preguntas a alguien que no está profundamente inmerso en el mundo de la tecnología que dibuje un smartwatch, seguramente representará la forma rectangular del Apple Watch, en vez de un reloj redondo. La forma redonda se asocia comúnmente con relojes no inteligentes, mientras que lo rectangular evoca a los smartphones, de los cuales el smartwatch es una extensión. Apple ha mantenido su forma rectangular original, que ha sido refinada y mejorada durante diez años, volviéndola confortable y fácilmente reconocible.
La forma icónica de la Apple Watch no es la única razón por la que muchas personas la consideran el ejemplo de un smartwatch. Apple ha vendido un volumen impresionante de estos dispositivos desde su lanzamiento. En 2016, durante el primer año de su lanzamiento, Apple ocupó el 49% del mercado de smartwatches, manteniendo un 40% al final de 2020. En 2019, la Apple Watch logró vendas que superaron a las de toda la industria relojera suiza, con la notable cifra de 31 millones de unidades enviadas a nivel mundial. En 2023, el 59% de los propietarios de smartwatches en Estados Unidos usaban una Apple Watch. Actualmente, posee el 22% del mercado, conservando el primer lugar en envíos de smartwatches, con Huawei y Samsung en segundo y tercer lugar, respectivamente.
Este enorme éxito de Apple no se debe solo a que sea un producto de la marca, sino que también se debe al cuidado que han puesto en el diseño, su relación con los relojes tradicionales y las implicaciones estilísticas futuras de un accesorio completamente digital. Un reloj es considerado una pieza de joyería, por lo que debe ser atractivo para los usuarios. Desde el principio, Apple logró captar esta idea. En 2015, la periodista Suzy Menkes anticipó esta evolución en la moda al observar que su estética exterior era neutral, lo que podría atraer tanto a aficionados de la tecnología como a aquellos con un sentido más estético. A diez años de distancia, esa observación resulta certera, ya que los relojes han experimentado un renacimiento, siendo muchos elegidos como accesorios de moda o símbolos de estatus.
La Apple Watch se ha integrado en este nuevo panorama de la moda a través de colaboraciones con marcas como Hermés y una creciente industria de accesorios, así como vocación por actualizar sus esferas. A través de esta atención al detalle en el diseño, Apple se distingue de la competencia.
Hoy en día, la Apple Watch es universalmente reconocible y debería considerarse la forma estándar para los smartwatches. Lo que antes fue cuestionado, su diseño rectangular ha evolucionado a lo largo de los años y se ha convertido en la opción preferida para millones. Aunque otras marcas como Huawei y Redmi imitan su diseño, la evolución de la Apple Watch sigue siendo notable, particularmente en su variante de titanio de la Series 10. Sorprende que, después de diez años, el diseño físico no ha cambiado radicalmente, sin embargo, pequeñas mejoras han hecho una gran diferencia en su aspecto, sensación y comodidad de uso, manteniendo una esencia futurista y una conexión palpable con la experiencia de usar un reloj.
No hay otro smartwatch que posea un trasfondo tan claro y cuidadosamente diseñado. ¿Importa esto? Si consultamos a fabricantes como Rolex, Tag Heuer u Omega, todos coincidirían en que la historia y la evolución de sus diseños han influenciado sus creaciones actuales. La Apple Watch merece representar lo que significan los smartwatches hoy en día, y ningún otro modelo se acerca a ello.