
Semana de la Sostenibilidad: El complicado camino hacia cadenas de suministro más ecológicas.
Las empresas están poniendo un mayor énfasis en la sostenibilidad de sus cadenas de suministro que en ocasiones anteriores.
Cada vez más empresas a nivel global están colocando la sostenibilidad en el centro de sus cadenas de suministro. En diversos sectores, se observa un aumento en el desarrollo de políticas de adquisición sostenible, donde las estrategias de reducción de carbono y los compromisos ambientales se ubican entre las principales prioridades al evaluar nuevos proveedores. Un reciente estudio de la Stanford Business School indica que más de la mitad (51%) de las empresas globales ya han implementado políticas de adquisiciones sostenibles con el fin de fortalecer sus cadenas de suministro. La necesidad de disminuir las emisiones de alcance 3 ha elevado la importancia de la adquisición en las estrategias comerciales actuales, lo que ha fomentado una mayor colaboración entre el departamento de sostenibilidad y otras áreas de la organización.
El cambio en el panorama regulatorio en torno a la sostenibilidad ha aumentado las presiones sobre las empresas para gestionar y reportar sus huellas de carbono. En Europa, la Directiva de Informe de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) y la Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad Corporativa (CSDDD) exigen a las grandes empresas revelar el impacto ambiental de sus actividades. Mientras tanto, en América del Norte, las normas de divulgación de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) empezarán a aplicarse en marzo de 2024, obligando a las organizaciones registradas a incluir información climática en sus informes anuales. Además, en Asia, nuevas normas de reporte ESG están en curso, con China planeando establecer reportes obligatorios de ESG para 2026.
Las regulaciones más estrictas y los objetivos de neutralidad de carbono establecidos por los gobiernos han creado una presión externa significativa para que las empresas actúen en la descarbonización de sus cadenas de suministro. Sin embargo, también existen impulsos comerciales: muchos compradores buscan proveedores que cumplan con prácticas sostenibles. Las empresas que implementan políticas sostenibles no solo cumplirán con las regulaciones, sino que también conseguirán una ventaja competitiva. De hecho, investigaciones sugieren que las empresas con adquisiciones sostenibles pueden ver un incremento del 15 al 30% en su valor de marca.
Sin embargo, no todas las industrias enfrentan los mismos desafíos en su camino hacia la descarbonización. Por ejemplo, el sector de transporte marítimo ha tenido que cambiar rutas debido a conflictos geopolíticos, lo que resulta en trayectos más intensivos en carbono. Las grandes líneas navieras se han visto obligadas a desviar sus trayectos, lo que no solo incrementa la distancia viajada en aproximadamente 3,000 millas náuticas, sino que también añade días al recorrido, incrementando así las emisiones.
El aumento de los costos de energía, combustible y mano de obra ha complicado aún más la situación para los operadores de transporte terrestre, limitando su capacidad para invertir en tecnología más limpia. Aquellos que sí pueden invertir enfrentan otra complicación: la disponibilidad limitada de estaciones de carga eléctrica.
A pesar de estos desafíos, la tecnología y la innovación pueden ser herramientas valiosas. Por ejemplo, los programas de seguimiento de flotas permiten optimizar rutas y reducir las emisiones de vehículos, orientando también decisiones de inversión hacia las rutas más adecuadas para camiones eléctricos.
El uso del análisis de datos es fundamental para evaluar la huella de carbono de una empresa y facilitar estrategias de descarbonización. Las plataformas de contabilidad de carbono, por ejemplo, ayudan a calcular una línea base para las emisiones anuales y pueden guiar los esfuerzos hacia la reducción de estas y el establecimiento de objetivos de neto cero en las operaciones.
No obstante, a pesar de estos esfuerzos, el ritmo de la descarbonización sigue sin ser suficiente para alcanzar las metas climáticas globales. Las empresas deben actuar ya, especialmente frente a las fuentes significativas de emisiones, como el transporte. Iniciativas sostenibles como la economía circular, que promueve la reparación, reutilización y reciclaje de productos, son fundamentales para disminuir el carbono incorporado y prevenir que material valioso termine en vertederos.
Una perspectiva a largo plazo es crucial, pero la complejidad de la descarbonización implica que no todo depende de las empresas. La inversión gubernamental en energías renovables, infraestructura de carga para vehículos eléctricos y instalaciones de reciclaje también es clave. Para que la descarbonización avance efectivamente, se requiere una mejor alineación entre la legislación, las políticas y la inversión privada.
Al desarrollar una estrategia para cadenas de suministro sostenibles, es recomendable comenzar por abordar los elementos más relevantes. La adopción de tecnologías limpias asequibles, como paneles solares, puede contribuir a las metas de sostenibilidad y ofrecer una fuente de energía más confiable. Utilizar herramientas digitales para reducir las emisiones vehiculares, en combinación con prácticas de economía circular, puede generar un impacto considerable. Aunque el proceso de descarbonización sea complicado y sectorialmente variado, es esencial para todos los negocios en la actualidad. Al entender el valor de los datos, mantenerse actualizado con las exigencias regulatorias de su área, y adoptar un enfoque innovador para los problemas, las empresas pueden comenzar a avanzar de manera significativa hacia una huella de carbono más positiva y una cadena de suministro más ecológica.