
Sostenibilidad mediante la simplificación: el rumbo del diseño de productos.
Las estrategias de diseño más sencillas para productos ayudan a disminuir el desperdicio, reducir costos y minimizar el impacto ambiental. La simplificación en el diseño permite una producción más eficiente, disminuye la cantidad de materiales utilizados y facilita el reciclaje, lo que contribuye a una economía circular más sostenible. Además, estos diseños simplificados a menudo son más fáciles de usar y reparar, lo que prolonga la vida útil del producto.
En el contexto actual de un paisaje tecnológico en rápida evolución, las capacidades en integración de hardware y software ofrecen notables oportunidades para el diseño innovador. Sin embargo, esta innovación trae consigo una gran responsabilidad, especialmente en el ámbito del cambio climático, cuya urgencia se intensifica día a día. Las estadísticas son preocupantes: el aumento en la frecuencia de desastres naturales, la disminución del 69% en las poblaciones de vida silvestre y las demandas de los científicos de la ONU, quienes exigen una reducción del 43% en las emisiones para 2030, resaltan la necesidad de actuar inmediatamente.
A pesar de estas presiones, muchas empresas aún no alcanzan estándares adecuados en la gestión de su impacto ambiental. En el último año, cientos de negocios que se comprometieron con la campaña de la ONU fueron eliminados por no establecer metas suficientemente significativas. Factores como limitaciones tecnológicas, tensiones geopolíticas y condiciones económicas adversas han sido señalados como obstáculos para el avance.
Como cofundador y CTO de TG0, he observado que una de las mayores oportunidades para generar un impacto positivo se encuentra en el diseño responsable de productos. Estimaciones del EU Science Hub indican que más del 80% de los efectos ambientales relacionados con los productos se definen durante la fase de diseño. Por ejemplo, el 70% de las emisiones de carbono de Apple provienen de bienes y servicios adquiridos, mientras que para BMW este porcentaje asciende al 81% y para Siemens a un impresionante 96%. Por lo tanto, es evidente que un enfoque auténtico hacia la sostenibilidad comienza en la etapa de diseño.
La demanda del consumidor también impulsa el progreso; un sondeo reciente reveló que dos de cada tres compradores en el Reino Unido prefieren productos que presenten un impacto ambiental más positivo.
A pesar de estas tendencias, un estudio realizado por Capgemini a más de 900 diseñadores de productos y ejecutivos de ingeniería mostró que solo el 22% de las empresas han integrado la sostenibilidad en sus procesos de diseño. Aquellas que lo han hecho informan beneficios notables: 67% han conseguido reducir las emisiones de carbono, 73% han visto un crecimiento en los ingresos y 70% han mejorado la satisfacción del cliente.
La clave inicia en la selección de los materiales. El costo ambiental de la producción actual es alarmante: la mitad de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero y alrededor del 90% de la pérdida de biodiversidad mundial se deben a la extracción y procesamiento de materias primas. Emplear materiales reciclados, reducir la complejidad de la lista de materiales de un producto y limitar la cantidad de componentes puede disminuir de manera significativa el impacto ambiental sin comprometer la funcionalidad.
Además de los beneficios ecológicos, el diseño simplificado también ofrece ventajas económicas. Menos componentes físicos implican un proceso de ensamblaje más eficiente y menores costos de producción. Los productos resultan ser más duraderos y la digitalización permite expansión de funciones sin aumentar el uso de materiales. Este enfoque puede generar un ciclo virtuoso de sostenibilidad y rentabilidad.
Un aspecto crítico que se aborda con estas consideraciones es el creciente problema de los desechos electrónicos. En 2022, se generaron 62 millones de toneladas de e-waste a nivel mundial, de las cuales solo el 22% fue recolectada y reciclada. La complejidad de hardware que involucra múltiples materiales dificulta el reciclaje, a menudo resultando en productos desechados en vertederos. Reducir la complejidad facilita el reciclaje, permitiendo que los recicladores separen distintos materiales con facilidad.
Por otro lado, enfrentar estos desafíos puede abrir las puertas a productos más innovadores. Adidas, por ejemplo, transformó sus zapatillas de alto rendimiento al sustituir doce materiales diferentes por uno solo, simplificando el ensamblaje y el reciclaje, y fomentando nuevas técnicas de fabricación. En la industria automotriz, el Hyundai IONIQ 5 ejemplifica este enfoque al utilizar tejidos de asientos fabricados con botellas PET recicladas y alfombras bio-basadas.
A medida que los diseñadores crean nuevos productos para el futuro, es esencial fusionar la innovación en enfoque de diseño con las características ofrecidas a los consumidores. Simplificar no implica sacrificar funcionalidad; más bien, es una estrategia para proporcionar capacidades avanzadas mientras se minimiza el impacto ambiental. La sostenibilidad debe ser un principio clave a lo largo de todas las etapas, permitiendo una reducción de costos y un impacto ambiental más bajo.
Este es el momento adecuado para iniciar esta transformación. Nuestro planeta y nuestras empresas no pueden esperar.