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Space Forge consigue 30 millones de dólares en una ronda de financiación Serie A para producir materiales de chips en el espacio.

Space Forge, una startup del Reino Unido con sede en Cardiff, Gales, ha conseguido recientemente una inversión de 22,6 millones de libras (alrededor de 30 millones de dólares) en su ronda de financiamiento Serie A. Su objetivo es fabricar materiales en el espacio, donde las condiciones especiales permiten explorar nuevas oportunidades.

La demanda de semiconductores se ha disparado debido a las innovaciones en inteligencia artificial y vehículos eléctricos. Sin embargo, el silicio está llegando a sus límites y, para fabricar chips más eficientes, es necesario recurrir a nuevos materiales que son menos comunes que la arena. Space Forge, una startup del Reino Unido ubicada en Cardiff, Gales, ha recaudado recientemente £22.6 millones (aproximadamente $30 millones) en una ronda de financiamiento Serie A para producir materiales de obleas en el espacio, donde las condiciones únicas permiten explorar nuevas posibilidades.

Space Forge ha recibido financiación para un proyecto en el que BT (anteriormente British Telecom) busca evaluar cómo la integración de materiales cristalinos cultivados en el espacio podría reducir el consumo energético de sus torres 5G. Gracias a las características del espacio, como la ingravidez, los cristales obtenidos allí presentan menos defectos, lo que contribuye a que los dispositivos utilicen menos energía. Proyectos concretos como este ayudan a la startup a demostrar que sistemas críticos pueden beneficiarse de su tecnología, que actúa como un soporte invisible.

Aunque la idea de fabricar chips en órbita puede parecer sacada de una película de ciencia ficción, su factibilidad ha sido reconocida desde la década de 1970. Según el CEO Joshua Western, “estamos apoyados en 50 años de investigación que demuestran no solo que esto es posible, sino también que hay una mejora significativa al hacerlo”. La mejora radica en obtener cristales y materiales semiconductores avanzados con menos defectos y mayor rendimiento, haciéndolos atractivos para aplicaciones como la computación cuántica y sistemas de defensa.

La participación del NATO Innovation Fund en la ronda de financiamiento de Space Forge, junto con la colaboración de grandes contratistas de defensa como Northrop Grumman, destaca el potencial de uso dual de la tecnología. Space Forge no se dedicará a construir cohetes, sino que confía en proveedores espaciales existentes, considerando el lanzamiento como un “problema resuelto”. La startup está tejiendo una red de tecnologías que, en teoría, están consolidadas, pero Western señala que adaptar estos avances a las condiciones exigentes del espacio es un desafío considerable.

La startup ha innovado en su tecnología de retorno de materiales, que describe como “Mary Poppins desde el espacio”. Utilizan un dispositivo parecido a un paraguas, que les permite descender suavemente a la Tierra. Con el apoyo de la Agencia Espacial del Reino Unido y la Agencia Espacial Europea, Space Forge también ha desarrollado un sistema llamado Pridwen para el escudo térmico y un net para capturar satélites en retorno.

Recientemente, la empresa abrió una oficina en Portugal, en la isla de Santa María, para establecer una infraestructura de regreso que podría convencer a socios europeos de la viabilidad de estas tecnologías a gran escala. La creciente comercialización de tecnologías de lanzamiento y retorno ha facilitado el surgimiento de startups en la manufactura espacial, con aplicaciones que abarcan desde el descubrimiento de medicamentos hasta hardware de telecomunicaciones. No obstante, su viabilidad aún depende de la reducción de costos y de encontrar clientes dispuestos a pagar por estas soluciones premium.

Además, factores geopolíticos pueden ayudar a Space Forge a atraer más clientes, dado el creciente interés en reducir la dependencia de semiconductores de Taiwán. La necesidad de una oferta robusta de supermateriales de próxima generación se ha vuelto urgente, también en términos de sostenibilidad, aspecto que respalda la visión de Space Forge como una “tecnología negativa en carbono”.

Sin embargo, antes de avanzar, Space Forge debe completar su primera misión, que se vio interrumpida tras una anomalía en el lanzamiento de Virgin Orbit en 2023. Con su nuevo financiamiento, están acelerando el desarrollo de su última nave y se preparan para el lanzamiento de su demostrador ForgeStar-1 junto con Pridwen. Para añadir un toque galáctico, la misión ha sido oficialmente titulada “The Forge Awakens”.