
Sam Altman, 'adicto a los niños', hacía preguntas constantes a ChatGPT sobre su recién nacido.
Sam Altman, CEO de OpenAI y padre de un bebé de tres meses, participó hoy en el nuevo podcast de la empresa para compartir cómo su trabajo está influyendo en su vivencia como padre.
En el transcurso de la historia humana, una de las cuestiones más desconcertantes ha sido: ¿por qué llora el bebé? Sam Altman, padre de un bebé de tres meses y CEO de OpenAI, participó en el nuevo pódcast de su empresa para compartir cómo la tecnología influye en su experiencia como padre. Describiéndose como “extremadamente interesado en los niños”, Altman mencionó que utilizaba ChatGPT para hacer preguntas sobre el comportamiento infantil durante las primeras semanas de vida de su hijo. Ahora que tiene un poco más de experiencia, recurre al sistema para indagar en etapas más generales del desarrollo infantil.
Altman reconoció que, aunque las personas han cuidado de sus bebés sin la ayuda de herramientas como ChatGPT durante mucho tiempo, él se pregunta cómo habría gestionado esa etapa sin su asistencia. Si bien la consulta de esta inteligencia artificial no es muy diferente a realizar búsquedas exhaustivas en Google, su rol como creador de tecnología hace que su elección de recursos sea comprensible. Sin embargo, el riesgo de que la inteligencia artificial genere respuestas erróneas plantea inquietudes, especialmente cuando se trata de la crianza de los hijos.
A medida que los padres actuales confían más en ChatGPT para diversas consultas, se abre un debate sobre si el uso de inteligencia artificial para obtener consejos sobre crianza es tan efectivo como consultar fuentes más tradicionales. En una conversación, Altman recordó un video que lo impactó, donde un niño pequeño confundía una revista impresa con una tablet, sugiriendo que los niños nacidos hoy asumirán que siempre ha existido una inteligencia artificial avanzada.
Andrew Mayne, anterior comunicador científico de OpenAI, compartió anécdotas de cómo un padre utilizó el modo de voz de ChatGPT para interactuar con su hijo. A pesar de que los pequeños disfrutan de estas interacciones, persisten preocupaciones sobre la formación de relaciones parasociales problemáticas. Altman es consciente de estos riesgos y advirtió que no todo será positivo y que la sociedad tendrá que establecer nuevas regulaciones al respecto.
Al final, Altman, que encabeza una enorme compañía que invierte miles de millones en desarrollar inteligencia artificial que aspire a ser más inteligente que los humanos, sigue manteniendo una visión optimista. Enfatizó que, a largo plazo, los beneficios podrán ser significativos y que la sociedad tiene un historial de aprender a manejar los posibles inconvenientes.