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Outset, patrocinador de Rocket Lab, consigue $25 millones para financiar proyectos de tecnología avanzada en Nueva Zelanda.

Outset Ventures, la firma de capital de riesgo e incubadora de Auckland que ha dado origen a unicornios de tecnología avanzada como Rocket Lab y LanzaTech, ha finalizado la recaudación de su segundo fondo, alcanzando un total de 41.5 millones de dólares neozelandeses, superando así sus expectativas.

Outset Ventures, una firma de capital de riesgo e incubadora con sede en Auckland que ha dado vida a empresas unicornio como Rocket Lab y LanzaTech, ha cerrado su segundo fondo, superando las expectativas y alcanzando un total de 41.5 millones NZD. Este nuevo fondo se enfoca en apoyar startups que desarrollan innovaciones en ciencias duras y en ingeniería, áreas en las que sus socios consideran que Nueva Zelanda tiene una ventaja competitiva. Las iniciativas abarcan desde la tecnología aeroespacial hasta la tecnología médica, con un interés particular en la generación y almacenamiento de energía.

La firma espera que, a pesar de su tamaño, Nueva Zelanda pueda abordar los desafíos relacionados con la energía y la infraestructura que ya están siendo afectados por la inteligencia artificial. Angus Blair, socio de Outset, señaló que "el mayor obstáculo para el crecimiento de la IA se reduce a quién puede instalar la energía más rápido", lo que ha llevado a la firma a centrar su atención en estas áreas. Muchas startups dentro del portafolio de Outset están centradas en ofrecer métodos más económicos y limpios para la generación y almacenamiento de energía, así como en soluciones para reciclar el calor residual y mitigar cuellos de botella en infraestructura.

Un líder emergente en este espacio es OpenStar, una startup de fusión nuclear que se especializa en reactores dipolo levitados y que ha conseguido financiamiento tanto del primer como del segundo fondo de Outset. Recientemente, OpenStar alcanzó un hito significativo al crear plasma supercalentado a temperaturas alrededor de 540,000 grados Fahrenheit, un paso crucial hacia la producción de energía por fusión, logrado con una inversión de aproximadamente 10 millones de dólares, lo que contrasta con los esfuerzos de décadas de iniciativas lideradas por gobiernos en el ámbito de la fusión.

Otra empresa destacada es EnergyBank, que está desarrollando almacenamiento de energía de larga duración para turbinas eólicas flotantes, adecuadas para aguas más profundas. Blair menciona que su solución complementa perfectamente los planes para incrementar la instalación de parques eólicos flotantes en regiones como el Mar del Norte, y que añadir almacenamiento de energía de larga duración puede aumentar la rentabilidad de esos activos en un 50%.

OpenStar y EnergyBank son ejemplos de las apuestas audaces que Outset busca escalar a nivel global. Si el primer fondo validó el deep tech como un camino viable para las startups neozelandesas, el segundo fondo está posicionando a Outset como una plataforma de lanzamiento para empresas centradas en la ciencia dura y con ambiciones internacionales significativas. Para apoyar esta misión, la firma cuenta con una instalación de 60,000 pies cuadrados en Auckland, que proporciona a las empresas de su portafolio acceso a equipos de laboratorio y de ingeniería difíciles de obtener en el país.

En un entorno donde el capital inicial y las instalaciones técnicas tienden a ser limitadas, esta integración vertical es esencial para reducir el riesgo asociado al deep tech. Aunque los 25 millones de dólares del fondo pueden parecer modestos comparados con Silicón Valley, Blair asegura que son apropiados para el ecosistema neozelandés, donde las empresas son altamente eficientes en el uso del capital.

El ambiente de financiamiento para startups en Nueva Zelanda ha mostrado siempre una tendencia hacia la eficiencia del capital y una alta calidad técnica, en vez de una rápida expansión. En 2023, la inversión de capital de riesgo en el país disminuyó debido a la inflación y la incertidumbre económica global, pero en 2024 se observó una recuperación, alcanzando una cifra récord de 350 millones de dólares en inversiones en etapas tempranas, lo que representa un aumento del 53% con respecto a 2023.

El fondo de Outset refleja esta dinámica con aproximadamente dos tercios de las inversiones de su segundo fondo provenientes de fuentes locales, mientras que el resto proviene de individuos de alto patrimonio internacional, muchos de los cuales han decidido invertir en el futuro de Nueva Zelanda. A pesar del interés de firmas globales en startups neozelandesas en años recientes, los capitales internacionales son difíciles de obtener, ya que la distancia y una base local de inversores más reducida complican su acceso a redes de capital global.

A pesar de la lejanía y el tamaño reducido del país, Blair sostiene que Nueva Zelanda está en una posición favorable para abordar algunos de los desafíos más grandes del mundo, destacando que el deep tech ya ha mostrado resultados exitosos en el ámbito de las inversiones de riesgo. Según dice, "es donde hemos tenido nuestros mayores logros en el ámbito respaldado por el capital de riesgo históricamente", lo que impulsa a fundadores e inversores a tomar grandes riesgos en dominios técnicos.