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Funcionarios gubernamentales no manejan bien el internet

Es posible que nadie en el mundo haya cometido errores tan desastrosos en tecnología este año como el Secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth. La historia comenzó cuando el...

El Secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, ha protagonizado algunos de los errores tecnológicos más graves del año. La controversia comenzó cuando Jeffrey Goldberg, editor en jefe de una publicación, reveló que había sido añadido por error a un grupo de chat en Signal, creado sin autorización por el Asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz. En este chat se discutían planes militares detallados para atacar a los Houthi en Yemen, incluyendo horarios y ubicaciones para llevar a cabo dichos ataques. Aunque es comprensible que todos cometamos equivocaciones tecnológicas, la mayoría de las personas suelen caer en situaciones embarazosas más inofensivas, como dar 'me gusta' accidentalmente a una publicación de un ex en redes sociales. Sin embargo, Hegseth no solo compartió información sensible, sino que también lo hizo en un segundo chat de Signal, donde estaban presentes su abogado, su esposa y su hermano, quienes no tenían motivos para recibir tal información confidencial; incluso, su esposa no está empleada en el Pentágono. Estos fallos de seguridad son particularmente serios, siendo un claro ejemplo de cómo la tecnología puede complicar las estrategias gubernamentales.

Un caso adicional de errores tecnológicos en el ámbito militar resuena con la aplicación Strava, dedicada al seguimiento de ejercicios. Esta plataforma, que permite a los usuarios compartir sus entrenamientos públicamente, puede convertirse en una pesadilla para la privacidad, especialmente para integrantes de las fuerzas armadas. Strava, al ser pública por defecto y ofrecer un mapa global de actividades, puede revelar ubicaciones de bases militares en regiones como Afganistán e Irak, donde la mayoría de los usuarios son extranjeros. Esto plantea un riesgo significativo al permitir que individuos malintencionados localicen soldados estadounidenses a través de sus perfiles.

Por otro lado, la aplicación de pagos Venmo presenta su propia problemática. A pesar de ser una herramienta práctica para transacciones entre pares, Venmo tiende a compartir públicamente todos los movimientos financieros por defecto. Esto llevó a periodistas a localizar rápidamente la cuenta de Joe Biden y, a través de ella, rastrear conexiones con otros miembros de su familia y su administración, exponiendo así aspectos de su vida privada. A pesar de las opciones de privacidad disponibles, la lista de amigos siempre permanece pública, generando así más preocupación sobre la privacidad en el uso de aplicaciones tecnológicas.

Alternativamente, el caso del ex presidente catalán Carles Puigdemont recuerda que la encriptación no garantiza la seguridad en el uso de dispositivos. Cuando Puigdemont se encontraba en Bélgica como exiliado, un incidente revelador ocurrió durante un evento donde se esperaba que hablara. Un exministro de salud catalán, el cual estaba enviado un mensaje de texto mientras su pantalla era visible, expuso sus conversaciones con Puigdemont en el aire, mostrando debilidades en el manejo de información confidencial.

Estos diversos incidentes subrayan cómo la tecnología, aunque sea una herramienta poderosa, también puede servir de doble filo para aquellos que manejan información sensible, haciendo hincapié en la necesidad de ser extremadamente cauteloso al utilizar estas plataformas.