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CRISPR puede frenar la propagación de la malaria al editar un único gen en los mosquitos.

Un grupo de investigadores de las universidades de UC San Diego, Johns Hopkins y UC Berkeley logró desarrollar una técnica para modificar un único gen en los mosquitos, lo que impide su capacidad para transmitir...

La terapia de edición genética CRISPR ha demostrado un gran potencial no solo para tratar, sino también para curar enfermedades. Recientemente, un grupo de investigadores ha descubierto su aplicación en la prevención de estas afecciones. En un estudio publicado en Nature, se revela cómo se ha modificado un solo gen en un mosquito, impidiendo que transmita la malaria. Estos mosquitos genéticamente modificados podrían ser liberados en el medio natural, contribuyendo así a mitigar algunas de las 600,000 muertes anuales causadas por esta enfermedad.

La malaria infecta a hasta 263 millones de personas cada año, y los esfuerzos para reducir la población de mosquitos han enfrentado obstáculos recientes. Esto se debe a que tanto los mosquitos como los parásitos responsables de la enfermedad han desarrollado resistencia a insecticidas y fármacos.

Un equipo de biólogos de las universidades UC San Diego, Johns Hopkins y UC Berkeley ha encontrado una forma de detener la transmisión de malaria mediante el cambio de un solo aminoácido en los mosquitos. Aunque estos mosquitos pueden seguir picando a personas infectadas y recoger parásitos de su sangre, no pueden transmitirlos a otros.

El procedimiento utiliza las "tijeras" CRISPR-Cas9 para eliminar un aminoácido no deseado (alele) que favorece la transmisión de la malaria, reemplazándolo por una versión inocua. Este alelo indeseado, denominado L224, facilita que los parásitos lleguen a las glándulas salivales de los mosquitos, donde pueden luego infectar a humanos. El nuevo aminoácido, Q224, bloquea a dos especies de parásitos diferentes de acceder a dichas glándulas, previniendo así la infección.

George Dimopoulos, uno de los investigadores de la Universidad Johns Hopkins, destacó que, con un solo cambio preciso, han transformado un componente genético de los mosquitos en un poderoso escudo contra múltiples especies de parásitos malaria, lo que abre la puerta a estrategias adaptables y efectivas para controlar esta enfermedad en diversas poblaciones de mosquitos. A diferencia de métodos anteriores, modificar este gen clave no impacta la salud ni la capacidad reproductiva de los mosquitos. Esto permite que la técnica se transmita a la descendencia, propagando el alelo Q224 y deteniendo la transmisión de parásitos de malaria.

“Estamos utilizando las propias herramientas genéticas de la naturaleza para convertir a los mosquitos en aliados contra la malaria”, concluyó Dimopoulos.