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Cartken cambia su enfoque de la entrega de última milla a la robótica industrial.

Cartken ha experimentado un aumento en la demanda de sus robots de entrega de última milla por parte de clientes del sector industrial y actualmente está centrando sus esfuerzos en ese mercado.

La startup de robótica autónoma Cartken, reconocida por sus robots de cuatro ruedas que entregan comida en campus universitarios y en las concurridas calles de Tokio, ha decidido ampliar su enfoque hacia el sector industrial. Christian Bersch, cofundador y CEO de Cartken, mencionó que la idea de aplicar sus robots de entrega en entornos industriales siempre estuvo presente mientras desarrollaban la empresa. Ante el interés de varias compañías por emplear sus robots en fábricas y laboratorios, Cartken tomó la iniciativa de investigar esta nueva área.

Bersch destacó que existe una considerable demanda en casos de uso industrial. "A veces ha habido un valor más directo para las empresas al optimizar sus flujos de materiales o de producción", comentó. Este año, la startup firmó su primer gran cliente industrial, la empresa alemana ZF Lifetec. Esta compañía inicialmente utilizó sus robots de entrega existentes, conocidos como Cartken Courier, que tienen capacidad para cargar 20 kilogramos y presentan un diseño similar al de una nevera sobre ruedas. "Nuestra robot de entrega de comida comenzó a mover muestras de producción, y rápidamente se convirtió en nuestro robot más ocupado", comentó Bersch. Este hito llevó a los fundadores a explorar más el sector industrial.

Mientras tanto, Cartken continuaba con su negocio de entrega de alimentos, estableciendo alianzas con compañías como Uber Eats y GrubHub para sus operaciones de entrega de última milla en campus universitarios de EE.UU. y en Japón. El éxito temprano con ZF animó a los fundadores, que incluyen a Jake Stelman, Jonas Witt y Anjali Naik, a diversificar su modelo de negocio.

La transición de los robots de entrega de comida a un ambiente industrial no representó un gran desafío, según Bersch, debido a que la inteligencia artificial detrás de los robots ha sido entrenada con años de datos en delivery de alimentos y están diseñados para navegar en diferentes terrenos y condiciones climáticas. Esto les permite desplazarse tanto en ambientes interiores como exteriores, y gracias a la experiencia obtenida en las calles de Tokio, los robots pueden sortear obstáculos con facilidad.

Cartken ha recaudado más de $20 millones de firmas de capital de riesgo como 468 Capital, Incubate Fund y Vela Partners, y ha empezado a ampliar su flota robótica para reflejar su cambio hacia el sector industrial. Recientemente, lanzaron el Cartken Hauler, una versión más grande del Cartken Courier, capaz de transportar hasta 300 kilogramos. También presentaron el Cartken Runner, diseñado para entregas interiores, y están trabajando en una versión similar a un montacargas robótico.

Bersch afirmó que "contamos con un sistema de navegación que se puede ajustar para diferentes tamaños de robots", y que el aprendizaje automático y la capacitación adquiridos se transfieren directamente a los otros modelos. Además, Cartken ha profundizado su relación con la automotriz japonesa Mitsubishi, que ayudó en su obtención de certificaciones necesarias para operar los robots en Tokio. Recientemente, Melco Mobility Solutions, una empresa vinculada a Mitsubishi, anunció la compra de casi 100 Cartken Hauler para su uso en instalaciones industriales japonesas.

"Estamos viendo un gran interés en diversos sitios industriales y corporativos, desde empresas automotrices hasta farmacéuticas y químicas", mencionó Bersch. "Todas estas empresas suelen necesitar mover objetos de un edificio a otro, ya sea a mano, en una carretilla o con un montacargas, y ese es exactamente el mercado al que nos dirigimos." Aunque Cartken mantendrá su negocio de entrega de alimentos, no planea expandirlo, afirmando que continúan realizando pruebas de nuevas capacidades en las rutas de entrega existentes.