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Otra importante empresa automotriz abandona el hidrógeno.

La empresa matriz de Jeep y Chrysler ha decidido cerrar sus líneas de vehículos eléctricos de celdas de combustible, apenas unas semanas antes de que comenzara su producción.

Stellantis, el gigante automotriz detrás de marcas como Chrysler, Citroen, Fiat, Jeep y Peugeot, ha decidido abandonar su programa de desarrollo de pilas de combustible de hidrógeno. La compañía ha justificado esta decisión debido a la "limitada disponibilidad de infraestructura de recarga de hidrógeno, altos requisitos de capital y la necesidad de incentivos de compra más fuertes para los consumidores". En resumen, Stellantis ha reconocido que los vehículos eléctricos de hidrógeno enfrentan una serie de desafíos que no ha podido superar en las últimas décadas.

Este cambio de dirección es notable en comparación con lo que se pronosticó en enero de 2024, momento en el cual la empresa había anunciado su intención de lanzar una flota de vehículos comerciales impulsados por pilas de combustible. Stellantis comercializa algunas de las furgonetas más populares de Europa, como la Citroen Jumper, Fiat Ducato, Opel Movano y Peugeot Boxer, y prometió que habría versiones de hidrógeno de todos esos modelos con autonomías de hasta 500 km.

La decisión de cancelar el programa se hizo pública poco antes de que la compañía comenzara la producción en sus plantas de Francia y Polonia, lo cual estaba previsto para el verano de este año. A pesar de esta cancelación, Stellantis ha señalado que no habrá impacto en el personal de producción o investigación y desarrollo, ya que los empleados serán reubicados en otros proyectos. Sin embargo, manejar su salida en relación con Symbio, el fabricante de pilas de combustible en el que adquirió un tercio de participación en 2023, será un proceso delicado.

Stellantis no es la primera empresa que ha apostado por las pilas de combustible de hidrógeno y luego ha decidido dar un paso atrás. Toyota, por ejemplo, ha invertido considerablemente en el hidrógeno, albergando la esperanza de que las pilas de combustible fueran preferibles a los vehículos eléctricos de batería (BEVs). Sin embargo, con el paso del tiempo, Toyota se ha visto obligada a ceder parte de su mercado a las baterías y actualmente solo promociona su tercera generación de pilas de combustible como una opción para vehículos industriales pesados.

El hidrógeno ha sido considerado una solución por parte de compañías de combustibles fósiles, la industria automotriz e incluso algunos países sin reservas de energía. La posibilidad de extraer energía libre de emisiones a partir del agua resulta atractiva teóricamente, aunque requiere mucho del conocimiento y la infraestructura del sector del petróleo y el gas, además de que la recarga solo es posible en sitios comerciales.

Si el hidrógeno hubiera tenido un impacto más notable, podría haber mantenido el estatus quo en esas industrias por más tiempo. Aunque la esperanza era que el hidrógeno pudiera ser un sustituto más limpio para los combustibles fósiles, sus defectos inherentes han limitado su viabilidad. Por ejemplo, el hidrógeno es menos denso energéticamente que el petróleo y el gas, y se escapa con facilidad, lo que requiere sellos especiales para contenerlo. Su producción masiva limpia también plantea dificultades, especialmente si se espera abastecer a todos los vehículos del mundo sin recurrir a procesos contaminantes.

Además, si se busca producir hidrógeno utilizando energía renovable, el monto de inversión necesario sería sin precedentes. Expertos han señalado que, para alcanzar una generación de hidrógeno a escala industrial, se requeriría duplicar la capacidad de generación eléctrica. A esto se suman otros factores, como la eficiencia del hidrógeno como medio de almacenamiento de energía y la inversión necesaria para equipar cada estación de servicio en el mundo con tanques de hidrógeno.

Dado que el Toyota Mirai, estrechamente asociado con esta tecnología, ha vendido solo 28,000 unidades desde su lanzamiento en 2014, y en el mercado estadounidense solo están disponibles el Mirai, el Hyundai Nexo y el Honda CR-V e-FCEV, es evidente que los vehículos eléctricos de hidrógeno no han alcanzado una penetración significativa en comparación con los BEVs. Es momento de reconocer que la era de los vehículos de pilas de combustible de hidrógeno podría estar llegando a su fin y que la atención debería dirigirse hacia otras alternativas.