
Una sonda soviética inactiva de los años 70 caerá a la Tierra la próxima semana.
Una misión de 1972 que tenía como objetivo visitar Venus está regresando a la Tierra en lugar de cumplir su propósito.
Una imagen capturada por una cámara externa de alta definición en la Estación Espacial Internacional (ISS) muestra una vista oblicua hacia la luz del amanecer sobre el noroeste del océano Atlántico, a aproximadamente 300 millas (500 km) de la costa de Nueva Escocia, Canadá. En la imagen se pueden observar numerosas pequeñas nubes que cubren el primer plano, cada una representando, gracias a las gotas de agua, una columna ascendente de aire.
La próxima semana, un antiguo artefacto espacial soviético, conocido como Kosmos 482, realizará una reentrada descontrolada en la atmósfera de la Tierra. Este satélite fue lanzado en 1972 con la intención de aterrizar en Venus, pero un mal funcionamiento durante el lanzamiento impidió que alcanzara su objetivo, quedando atrapado en la órbita terrestre. Astrónomos que han estado monitoreando este objeto han determinado que caerá a la Tierra alrededor del 10 de mayo. Sin embargo, no se sabe con certeza cuándo ni dónde caerá, ni cuántos materiales sobrevivirán al vuelo a través de la atmósfera terrestre.
Aunque se reconoce que existe un pequeño riesgo, los expertos coinciden en que el público no debería preocuparse excesivamente. Las reentradas descontroladas son problemáticas debido a su imprevisibilidad, lo que puede resultar en escombros que caen sobre edificaciones y causan daños. Es técnicamente posible que los escombros caigan sobre una persona, aunque la probabilidad de que esto ocurra es extremadamente baja. En ocasiones anteriores, se han reportado casos de chatarra espacial cayendo en lugares como un patio en Polonia, una casa en Florida, cayendo en el océano y en forma de lluvia de metal sobre Costa de Marfil.
Particularmente, China ha sido objeto de críticas por parte de EE. UU. en años recientes por permitir que partes de sus cohetes Long March realicen reentradas descontroladas, con NASA enfatizando la importancia de mitigar los desechos espaciales y compartir información sobre trayectorias de los mismos para asegurar un uso responsable del espacio y la seguridad de las personas en la Tierra.
En el caso del Kosmos 482, fue lanzado con la intención de llegar a Venus, por lo que su caída a la Tierra es considerada más un accidente que una falta de responsabilidad. La construcción del artefacto, diseñado para soportar las altas temperaturas y presiones del ambiente venusiano, sugiere que es posible que algunos de sus restos sobrevivan al atravesar la atmósfera terrestre antes de impactar la superficie. Este satélite se encuentra dentro de un recipiente a presión esférico de titanio, lo que le confiere un gran peso y resistencia.
Jonathan McDowell, un experto en órbitas, señaló que su escudo térmico podría permitir que esta esfera de media tonelada y un metro de diámetro sobreviva la entrada a la atmósfera terrestre. "En ese caso, espero que haya una usual probabilidad de uno entre varios miles de que golpee a alguien. El artefacto es denso pero inerte, sin materiales nucleares. No hay necesidad de preocupación extrema, pero no querrías que te cayera en la cabeza", advirtió.
El investigador Marco Langbroek también comparte esta evaluación de riesgo, observando que el objeto que se aproxima proviene de la misión soviética, y recalca que aunque el riesgo no es particularmente alto, tampoco es nulo. Con un peso de poco menos de 500 kg y un tamaño de un metro, los riesgos son similares a los de un impacto de meteorito.