
Un helicóptero, un pez halibut y 'Y.M.C.A': Dentro de la cena de Memecoin de Donald Trump.
El jueves por la noche, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, participó en una cena privada junto a 200 de los principales inversores en su criptomoneda personal. Esto fue lo que ocurrió.
Donald Trump realizó una aparición inesperada en un evento privado en su club de golf cerca de Washington, DC, donde dejó a los asistentes sorprendidos al bailar al ritmo de “Y.M.C.A” de The Village People. Más de 200 invitados, que habían ganado su entrada al comprar grandes cantidades de su criptomoneda, TRUMP, se reunieron para una cena de gala. Algunos de estos asistentes habían invertido millones en esta criptomoneda.
El menú de la noche incluía halibut a la parrilla con reducción de cítricos y filete mignon con demi-glase, además de la esperanza de poder hablar con el presidente. Los invitados comenzaron a llegar por la tarde y, a diferencia de las cenas pasadas que contaban con figuras influyentes de la política y tecnología, este evento reunió a una mezcla variada de traders independientes, ejecutivos del mundo cripto, fanáticos leales de Trump y hasta deportistas, como el exjugador de la NBA, Lamar Odom.
Al caer la noche, los asistentes se reunieron para presenciar la llegada de Trump en el Marine One, su helicóptero presidencial. El exmandatario apareció tras una cortina de terciopelo azul, recibiendo vítores de la multitud. Desde un podio decorado con banderas estadounidenses, ofreció un discurso que rondó los 25 minutos, tocando el tema de las criptomonedas y la creencia en su potencial. Trump destacó que en la sala se encontraban "algunas de las mentes más brillantes del mundo", refiriéndose a la creciente aceptación de las criptomonedas.
La promoción de su moneda en enero había llevado a que su valor inicial alcanzara los 14 mil millones de dólares, aunque con el tiempo este número cayó a cerca de 3 mil millones. La organización del evento había diseñado una dinámica para que los 220 principales tenedores de TRUMP, basada en la cantidad y el tiempo de tenencia de las monedas, pudieran asistir a la cena y tener la oportunidad de conocer al presidente.
Este encuentro generó críticas, ya que se temía que el uso de la criptomoneda pudiera ser un medio para influir políticamente en Trump. Un senador demócrata describió el evento como una subasta que ponía un “cartel de se vende” en la Casa Blanca.
Entre los asistentes destacados se encontraba Justin Sun, un inversor en criptomonedas que ha estado implicado en diversos proyectos relacionados con la familia Trump. A pesar de que la administración de Biden había presentado cargos en su contra por manipulación del mercado, Sun logró asistir al evento tras una suspensión legal.
Los motivos de los asistentes variaron, desde la oportunidad de hacer networking hasta poder escuchar de primera mano los planes de Trump sobre la regulación de las criptomonedas. Algunos incluso esperaban cruzarse con personalidades cercanas al expresidente, mientras que otros simplemente buscaban disfrutar de una cena otoñal, aunque las opiniones sobre la calidad de la comida fueron disparadas.
Mientras avanzaba la velada, los invitados compartieron distintas experiencias relacionadas con la inversión y discutieron el discurso de Trump. La comida, sin embargo, dejó a muchos insatisfechos, con comentarios negativos sobre la calidad del servicio. Al finalizar, el cripto magnate Sun tuvo la oportunidad de dirigirse a los asistentes, prometiendo un nuevo amanecer para la industria cripto en EE. UU.
La noche culminó con un ambiente festivo, donde algunos asistentes se trasladaron a una fiesta después de la cena en un bar en la azotea de un hotel, mientras que otros se retiraron tras ser recibidos por manifestantes que protestaban contra el uso de criptomonedas, lo que dejó una impronta significativa en la experiencia de ese evento.