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En Bitcoin 2025, se encuentran los puristas de las criptomonedas y los seguidores del MAGA.

El círculo cercano de Trump ha asumido el control de una de las más grandes conferencias de criptomonedas a nivel mundial, minimizando las protestas de fervientes defensores del bitcoin que opinan que su "dinero de geeks" no debería estar vinculado a la política.

En un evento reciente en Las Vegas, el vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, expresó su confianza en el entusiasmo de los asistentes por el bitcoin, incluso reconociendo que el Servicio Secreto se mostraba nervioso ante la combinación de aficionados a las criptomonedas y armas en la audiencia. Afirmó que, aunque estos aficionados son apasionados, tienen un gran respeto hacia el liderazgo estadounidense. Este evento marcó un hito, ya que Vance es el primer vicepresidente en poseer bitcoin, cuyo valor oscila entre $250,000 y $500,000 según su última declaración en agosto de 2024.

A pesar del entusiasmo, la atmósfera era diferente de la de la conferencia anterior en Nashville, donde el expresidente Donald Trump había dejado una impresión más fuerte. Sin embargo, muchos en la audiencia consideraban que Vance poseía un entendimiento más profundo del mundo cripto. La mayoría de los asistentes, identificados como conservadores cansados de la “ridiculez progresista”, encuentran en su administración un apoyo hacia el bitcoin. Aun así, hay voces críticas; Adam Walker, un residente de Nevada, expresó su descontento con la dirección que podría tomar el movimiento bitcoin si se politiza, señalando que esto podría alejarse de los ideales originales de la criptomoneda.

El ambiente del evento era un crisol de culturas; mientras estaban exhibidos vehículos Cybertruck de Elon Musk y un stand con productos de la marca MAGA, la diversidad se hizo patente con asistentes de diferentes orígenes y estilos. Familias asistieron también, lo que mostró que el interés por el bitcoin trasciende líneas partidarias, aunque el público continuaba siendo mayoritariamente masculino y blanco.

A pesar de la ostentación patriótica del evento, existe una fuerte corriente dentro de la comunidad bitcoin que aboga por su independencia del estado, criticando la reciente emisión de un memecoin por Trump y cuestionando su alineación con el establishment político. Los partidarios de bitcoin manifiestan su temor de que un alineamiento con un partido pueda desencadenar represalias en el futuro.

Entre los comentarios más ácidos, Erik Cason, un autor que se expresó en un panel, advirtió sobre los peligros de transformar el bitcoin en un instrumento político. Remarcó que el bitcoin debería ser un refugio de independencia, en lugar de un medio para enriquecer a políticos o partidos.

Uno de los momentos más emblemáticos del evento fue la aparición de Ross Ulbricht, el exoperador de Silk Road, quien enfatizó la importancia de mantener los principios de libertad y descentralización en la comunidad bitcoin. A pesar de las controversias, su presencia resaltó los dilemas que enfrenta la comunidad al lidiar con figuras políticas.

El interés por el bitcoin se ha expandido más allá de las fronteras de Estados Unidos, con representantes de otros países que ven la criptomoneda como un activo valioso. Declaraciones de figuras como el presidente de la Bitcoin Association de El Salvador subrayaron el impacto global del evento, así como la atención que las políticas estadounidenses generan en otras naciones.

Entretanto, algunos asistentes, como un joven de Los Ángeles, expresaron opiniones pragmáticas sobre la relación entre el bitcoin y la política, argumentando que el apoyo gubernamental puede ser beneficioso para los inversores. Este tipo de interacciones entre el bitcoin y el ámbito político continúan generando debate y reflexión dentro de la comunidad.