
Codificación de video versátil: la clave para una transmisión de video HD accesible sin esfuerzo.
El siguiente paso en la codificación de video versátil.
Cuando nos sentamos a disfrutar de nuestras series de televisión favoritas en línea, seldom pensamos en el proceso de transmisión; simplemente presionamos play. Detrás de esta acción, hay un códec de video que gestiona de manera eficiente la compresión y descompresión de los datos, lo que garantiza una experiencia de visualización de alta calidad. Uno de los códecs más utilizados en las plataformas de streaming y dispositivos de consumo en la última década ha sido el High Efficiency Video Coding (HEVC o H.265).
En los últimos años, ha emergido el Versatile Video Coding (VVC o H.266), un códec de siguiente generación que promete una eficiencia en la compresión de video mucho mayor que HEVC. Las ventajas de utilizar VVC incluyen la capacidad de transmitir contenido de mayor resolución a tasas de bits más bajas, así como una mayor eficiencia de datos y calidad visual superior.
Sin embargo, la adopción masiva de nuevos códecs suele ser un proceso lento debido a la estandarización, las exigencias de compatibilidad y las limitaciones de hardware. A pesar de que VVC ha demostrado superioridad sobre HEVC, todavía necesita tiempo para alcanzar la aprobación completa de la industria, aunque está ganando terreno, especialmente en el desarrollo de decodificadores de software, mientras que el soporte de hardware sigue actualizándose.
Las expectativas de calidad entre los espectadores están en aumento, lo que pone a VVC en una posición favorable para satisfacer las necesidades futuras de compresión de video. Este códec no solo presenta una arquitectura técnica robusta, sino que también reduce la tasa de bits en un 50% en comparación con HEVC manteniendo una calidad percibida equivalente. Esto se traduce en una reducción del buffering y en una mejor entrega de contenidos en 4K y 8K sin costes de datos extraordinarios.
VVC se puede aplicar en diversas áreas, no limitándose a un único caso de uso. Tecnologías como 8K, realidad virtual (VR) y video volumétrico están en crecimiento, aunque aún no son ampliamente adoptadas por consumidores y empresas. Sin embargo, el sector de la transmisión es donde se está viendo el mayor avance en la adopción de VVC, pues su eficiencia en compresión resulta crucial en un entorno con limitaciones de ancho de banda.
Se ha dado un impulso desde los organismos de estándares europeos (DVB) y norteamericanos (ATSC) al VVC, con Brasil utilizando transmisiones experimentales basadas en VVC desde mayo, preparando el camino para un lanzamiento comercial posterior. ATSC ha integrado recientemente el VVC en su especificación 3.0.
A pesar de las prometedoras capacidades de VVC, existen obstáculos para su implementación. Algunos dispositivos, como ciertos televisores inteligentes, deberán actualizar su firmware para habilitar el soporte de VVC, aunque ya cuenten con el hardware requerido. Esto puede provocar fragmentación en el mercado, donde algunos dispositivos reciben la actualización y otros no.
En plataformas móviles, VVC ha demostrado su eficiencia incluso en dispositivos más antiguos, lo que reduce las preocupaciones sobre sus demandas computacionales, aunque su adopción en este terreno aún es algo limitada.
Facilitar las actualizaciones de firmware en la electrónica de consumo podría acelerar la implementación de VVC sin necesidad de renovaciones en hardware. Sin embargo, esto debe ir acompañado de la disponibilidad de contenido y servicios compatibles con VVC.
A nivel regional, algunos mercados ya han integrado HEVC, lo que puede hacer que una transición a VVC requiera más tiempo y inversión. Sin embargo, las diferencias regionales también pueden representar una ventaja para VVC. Por ejemplo, en mercados de transmisión como Australia, donde la migración a Advanced Video Coding (AVC) aún no está completa, podría ser posible omitir HEVC y avanzar directamente a VVC, acelerando su adopción en esas áreas.
VVC también compite en el panorama de códecs de video, especialmente con AV1, desarrollado por la Alliance for Open Media. Aunque AV1 ha logrado una adopción significativa en plataformas de streaming y aplicaciones web, su eficiencia de codificación no lo hace adecuado para contenidos complejos, lo que diferencia su aplicación de la de VVC en entornos de alta gama.
El futuro del VVC parece prometedor. Recientemente, se mostró públicamente en ensayos de 8K durante los Juegos Olímpicos de París, destacando su practicidad para los transmisores. Además, el lanzamiento del decodificador de software VVdeC por parte de Fraunhofer HHI en 2020 ha facilitado la integración del VVC en diversas plataformas y navegadores web.
Aunque la implementación del VVC aún se encuentra en sus primeras etapas, la educación continua del mercado, la colaboración entre industrias y la integración en dispositivos y aplicaciones diversificadas ayudarán a impulsar su implementación en 2025 y más allá. La adopción de VVC por parte de una plataforma de streaming importante podría generar un efecto dominó significativo, con competidores sumándose y creando un impulso en todo el ecosistema.
La posición única de VVC en la intersección de la transmisión, el streaming y los medios inmersivos emergentes lo convierte en una tecnología clave en el paisaje digital de video en evolución. A medida que las redes de entrega de contenido enfrentan una creciente demanda de ancho de banda, las ventajas de compresión de VVC podrían ser cada vez más valiosas, transformando la manera en que se distribuye video a nivel global.