
Los reguladores antimonopolio de EE. UU. tienen un nuevo objetivo: tu económico router TP-Link.
Ese dispositivo WiFi que parece inofensivo también se sospecha que representa una amenaza para la seguridad nacional.
Las investigaciones del gobierno de EE. UU. se centran en los routers de TP-Link, una marca que se reconoce por aparecer en las listas de redes WiFi disponibles. El Departamento de Justicia está indagando sobre TP-Link Systems, Inc. por supuestas violaciones antimonopolio, alegando que la compañía habría fijado precios de sus routers por debajo del costo de producción para obtener un dominio en el mercado. Aunque TP-Link ha afirmado no haber recibido ningún requerimiento oficial del Departamento de Justicia, la empresa planea colaborar en la investigación y niega las acusaciones de precios depredadores.
Los precios de los routers más económicos de TP-Link rondan los $50 en Amazon, mientras que algunos modelos diseñados para juegos pueden llegar hasta los $400. Para poner esto en perspectiva, la mayoría de los proveedores de servicios de Internet (ISP) alquilan routers a sus clientes por entre $10 y $15, y, según análisis de sitios relacionados, adquirir un router y un módem puede resultar más económico que alquilarlos.
El Departamento de Justicia ha intensificado sus esfuerzos antimonopolio, lo que ha llevado a Google a enfrentar dos pleitos por monopolizar el sector publicitario en línea y el mercado de los motores de búsqueda. Además, la Comisión Federal de Comercio está demandando a Meta por prácticas anticompetitivas tras la adquisición de Instagram y WhatsApp. A nivel global, países como Japón y miembros de la Unión Europea están también enfocando su atención en grandes empresas tecnológicas.
Bajo la administración de Biden, se ha reforzado la vigilancia sobre estas prácticas, una tendencia que se ha mantenido a lo largo del tiempo. "Una enérgica aplicación de las leyes antimonopolio es esencial para proteger los mercados libres y asegurar que todos los consumidores se beneficien de la competencia", señaló una funcionaria del Departamento de Justicia este año.
Sin embargo, la situación de TP-Link va más allá de las acusaciones de precios depredadores, ya que la empresa con sede en California también es sospechosa de representar un riesgo para la seguridad nacional. Según un informe de diciembre, las conexiones de TP-Link con China han llevado a su investigación por los Departamentos de Comercio, Defensa y Justicia, debido a que se ha presentado la posibilidad de que fallos en la seguridad de sus routers hayan sido explotados por atacantes cibernéticos chinos.
A pesar de que no se han presentado pruebas de que TP-Link actúe como un vehículo intencional para ciberataques patrocinados por el estado chino, el futuro de los dispositivos de la compañía podría verse amenazado, incluyendo la posibilidad de una prohibición total. Las conexiones de TP-Link con el país asiático han aumentado la atención que recibe de parte del gobierno estadounidense.