Músicos trans cancelan fechas de su gira en EE. UU. por las normas de identidad de género de Trump.

El artista pop canadiense T. Thomason ha decidido no participar en el All Roads Festival en Belfast, Maine, el próximo mes, a pesar de que su visa de gira para Estados Unidos no caduca hasta junio. Esta decisión fue motivada por su preocupación de ser objeto de discriminación en la frontera como un hombre trans no binario. Thomason, de 30 años y residente entre Toronto y Wolfville, Nueva Escocia, anunció su baja del festival programado para el 16 y 17 de mayo. En una entrevista, señaló que su temor aumentó tras observar las órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump que afectan a la comunidad trans, incluida una que estipula que solo dos géneros serán reconocidos por el gobierno estadounidense.

Thomason ha estado inquieto al escuchar testimonios de personas, incluyendo a titulares de visas estadounidenses, que han sido retenidas en la frontera, como es el caso de una mujer de Vancouver que fue detenida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante dos semanas. "Si eso está sucediendo con personas cis, me preocupa aún más lo que podría sucederme", comentó Thomason.

Bells Larsen, otro cantante trans con sede en Toronto y Montreal, también anunció que cancelará su gira de primavera debido a que el género en su pasaporte no coincide con su sexo asignado al nacer, lo que podría descalificarlo para obtener una visa bajo las nuevas normativas de la administración Trump. Aya Sinclair, una músico y mujer trans basada en Londres, expresó su intención de evitar presentaciones en Estados Unidos “hasta que las cosas cambien.” Neil Young, un ciudadano canadiense y estadounidense, también ha manifestado su inquietud sobre la posibilidad de ser “capturado” al regresar a Estados Unidos debido a sus críticas hacia Trump.

Esta decisión de no tocar en Estados Unidos implica sacrificar ingresos por giras y la oportunidad de ampliar su base de fans en el mayor mercado musical del mundo. Reorientar la gira hacia Europa o hacia otros destinos es un proceso costoso, especialmente para los artistas canadienses. La Federación Americana de Músicos de los Estados Unidos y Canadá comunicó a sus miembros canadienses que las nuevas reglas de inmigración “contradicen nuestros valores compartidos” y es poco probable que el gobierno estadounidense cambie de postura.

Dani Oliva, un abogado de entretenimiento de Los Ángeles y también hombre trans, ha notado un clima de “pánico general” entre sus clientes en las últimas semanas. A pesar de que existen opciones para obtener visas, una de ellas puede costar hasta $8,000 y resulta “extremadamente onerosa”. Oliva indica que los tiempos de procesamiento han aumentado de tres o cuatro meses a entre ocho y diez meses, y expresa su preocupación por que las solicitudes de visa de sus clientes trans puedan ser rechazadas si la información de género en su documentación no coincide con su sexo asignado al nacer.

A pesar de las complicaciones, muchos artistas continúan buscando obtener una visa estadounidense, ya que esto representa oportunidades económicas y culturales significativas. La mayoría de los artistas lograron su éxito a través de giras en América, donde la población es diez veces mayor, facilitando la obtención de atención de los medios. Sin embargo, muchos artistas canadienses están reconsiderando sus viajes a Estados Unidos, ya que un alto porcentaje de sus seguidores son estadounidenses.

Thomason manifestó que la crisis en la frontera ha obligado a artistas como él a reevaluar objetivos que han trabajado por años, afirmando que no ingresará a Estados Unidos mientras Trump sea presidente. Siente una profunda tristeza al ver que su conexión con sus fans estadounidenses se ve interrumpida en un momento en que comenzaba a forjarla.

Para compensar las eventual pérdida de ingresos, Thomason aboga por que los grupos artísticos canadienses desarrollen nuevas fuentes de financiamiento para artistas trans. Además, considera que este problema va más allá de los artistas trans en Canadá o de las personas trans en todo el mundo, afirmando que es un asunto que socava la validez de documentos gubernamentales emitidos por otros países.